Una de las principales críticas que se han hecho contra el boicot a la PSU realizada por estudiantes de la ACES, es que “están perjudicando a los pobres”, un absurdo considerando que la PSU ya está diseñada para perjudicar y segregar a los estudiantes pobres. Notas de El Dínamo y La Tercera detallan:
Una vez más las brechas educacionales quedaron en evidencia en esta versión de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), y es que de las 20 comunas que registraron los mejores resultados, la mitad se emplaza en la Región Metropolitana y – es más- las cinco primeras pertenecen al sector oriente. Con un promedio PSU superior a los 600 puntos, Vitacura y Lo Barnechea encabezan la lista, y lo hacen con una mayoría de colegios particulares pagados. Es que la diferencia entre los resultados de los colegios particulares pagados por sobre los municipales fue evidente: 127 puntos, sólo cuatro puntos menos que en 2016.
Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, afirmó al mismo medio que “esta es una prueba que viene a confirmar su carácter clasista, centralista y machista. Nosotros creemos que es claro el sesgo que tiene esta prueba en esos tres sentidos. Y finalmente, tiene un sesgo centralista muy irritante cuando el 60,7% de los puntajes nacionales son de la Región Metropolitana, en circunstancias que esta región representa solo el 38,5% de la matrícula”.
Para Pablo Flores, director del Centro de Investigación Social de Techo “la PSU, año tras año, demuestra que solo es un síntoma de una sociedad muy segregada”. Y añade que “nacer en una cuadra o en otra puede marcar una diferencia enorme en todo tu futuro en la educación superior”. “Lo más dramático de estos resultados es que dan cuenta de la iniquidad de nuestro sistema educativo, que se refleja en términos socioeconómicos, de género y geográficos”, señala Alejandra Falabella, académica de la Universidad Alberto Hurtado.
- La PSU es una prueba obsoleta que no puede continuar. Lo único que hace es segregar a los pobres de los ricos y a discriminar a los que no pudieron pagar un preuniversitario. ¿El tema de fondo? La brutal Desigualdad Social de Chile que se expresa hasta en la Educación
- Si algo aprendimos con los secundarios que comenzaron evadiendo el Metro es que no hay que subertimarlos. Muchos decían que “no era la forma de protestar” y luego terminaron apoyando el estallido social que ellos generaron. Puede que no les guste el boicot a la PSU, pero tras décadas de marchas que no han lograda nada, quizás sea la única forma de acabar con el modelo de la educación como negocio