En una entrevista para Punto Final, el destacado periodista Ricarte Soto, aseguró que no existe, en el mundo, otro país con un capitalismo tan descarnado y con tanta desigualdad como el nuestro. Criticó también el sistema de salud, se fue en picada contra la derecha y los empresarios y expresó que de no comenzar ahora con la educación y salud gratis, Chile no llegará a ninguna parte.
¿Que motivó la marcha de los enfermos?
«El factor económico determina el tiempo de vida de un enfermo. Indica que lleva más de tres años con cáncer pulmonar y “en una ocasión, un médico -sin ningún pensamiento social- me explicó que un cordón que les sirve a los enfermos de leucemia y que hay que traer desde Polonia, le cuesta a una familia 250 millones de pesos. Entonces empecé a revisar el tema y encontré que en materia económica, Chile es la Corea del Norte del capitalismo. De ahí me surgió el asunto de que los enfermos no marchan y por eso no pueden protestar… Así, en un programa de farándula me invitaron a hablar de mi cáncer y aunque eso me da lata, empecé a hablar del resto de la gente que enfrenta problemas de salud similares y así surgió esto de la marcha”.
¿Qué te parece el proyecto de ley sobre la venta de medicamentos en lugares que no sean farmacias?
“Esas son huevadas, sacarle el poto a la jeringa. El problema es otro, mucho más de fondo. Se trata de que la salud sea un derecho de todos, de buena calidad y que los laboratorios no se enriquezcan a costa de las enfermedades crónicas de los chilenos”.
¿Las movilizaciones, las marchas, son un instrumento efectivo ante un modelo que no da respuestas a los problemas?
“Son efectivas. Pero no creo que la sociedad chilena esté empoderada. Creo que hay grupos como los estudiantes, la gente de Aysén, nosotros, etc., y pare de contar. Aquí hay un gran problema, y como dijo Arturo Martínez, dirigente de la CUT, ‘aquí la clase obrera se terminó’. Por ejemplo, el tema de los subcontratistas es muy reaccionario porque en las empresas segregan a dos grupos. El empresario Pedro Lizama, que no es de Izquierda, decía y se jactaba que todos sus trabajadores ganaban más de 500 mil pesos. Pero claro, los que lavan vidrios no ganan eso, son subcontratados y eso es un problema. Lo que reprocho al conjunto de la sociedad es que se alega por subsidios, por bonos, la gente va a las municipalidades a protestar contra el alcalde, pero casi nadie lucha por el incremento del salario… Mientras no se luche por el salario y se salga a protestar a las calles, estamos fregado. Además, como la educación en Chile es mala, la gente no comprende los procesos. Por ejemplo, si las personas ganan 193 mil pesos, cuando jubilen van a ganar el 65 por ciento de los 193 mil. Entonces la lucha debe ser por el salario. Eso es lo que nos define”.
¿Por qué los empresarios deberían colaborar con la solución de un problema de salud que es nacional, que es de Estado, si nunca lo han hecho?
“Este es el único país donde existe este modelo económico con características fanáticas… Otro es China. Es decir, nosotros trabajamos como chinos con sueldos miserables. La lógica criolla es que los empresarios no colaboran en nada. Creo y espero que habrá un momento en que el planeta diga que no se puede hacer cualquier estupidez. Los políticos chilenos son necios… es necesario ver el mundo en grande. Por ejemplo, Longueira habla de las poblaciones, pero el eje del problema no está en ellas, sino en la llamada globalización”.
¿Por qué a la derecha y a los empresarios les cuesta tanto entender que la salud es un derecho y que la salud de calidad debe llegar a la mayoría?
“No lo van a entender nunca, porque este país fundamentalmente sigue siendo pinochetista, no en el sentido de la tortura, pero sociológicamente dejó una estela. Todavía la gente cree que todo lo que sucede es normal… Es ilógico que siendo el sueldo mínimo de 193 mil pesos, los precios no tengan ninguna relación con los ingresos de las personas. En 1989 escribí un artículo para un diario francés donde digo que la Izquierda chilena circula por la derecha y que la Izquierda quería cambiar al Chile de Pinochet, pero el Chile de Pinochet los cambió a ellos”.
¿Qué crees que ocurrirá en las próximas elecciones presidenciales?
“No va a pasar nada, porque para que cambien las cosas, en primer lugar, hay que cambiar y arreglar la educación. Es necesario formar gente íntegra, formar al ser humano, formar gente reflexiva. Falta mucho para un cambio social en Chile. El asunto es comenzar desde ahora, de lo contrario esto será eterno. Hay que comenzar por la educación y el acceso a la salud, esto permitiría iniciar la marcha hacia el cambio. Cuando digo educación se trata de terminar con el concepto de negocio que la rodea. Hoy Chile es un mall y la educación es su matriz cultural”.