¿Qué lugar de importancia debe tener el deporte en una gestión presidencial?
Una de amor hacia él. El deporte tiene que ser una vía para alimentar el espíritu de la sociedad, entonces hay que considerar muchas más cosas pues este tema no se puede enfrentar sólo ofreciendo infraestructura. En Chile el fútbol es en muchas partes un encuentro social. En el sur del país participé en muchos partidos que no sólo eran eso, eran un asado, una reunión de la familia entera y eso hay que rescatarlo, tanto en el fútbol como otras disciplinas.
¿Y tú modelo a seguir cuál sería?
Yo viví muchos años en Estados Unidos y siempre me sorprendió la potente inversión, no sólo del gobierno central sino que los gobiernos locales en el tema deportivo y su desarrollo íntegro, que va más allá de tener una cancha. Si tú inauguras una cancha hoy y en tres semanas más son un par de arcos sin vida alrededor… Tiene que haber encargados de las pelotas, de entrenar a los jóvenes de la comunidad y de arbitrar las actividades que se realicen. Cosas que obliguen a que la comunidad se involucre con esa infraestructura.
¿Dónde debe estar el foco del Estado en materia deportiva?
Es difícil responder eso porque son muchos los temas que aborda y creo que hay que diversificar el tono, porque se debe generar un plan para el deporte rural, un plan para el deporte para la tercera edad, uno para las personas con discapacidad y varios más. Apoyo y me encanta el fútbol, pero es un deporte que puede financiarse por sí mismo, algo que no se ve en deportes de menor convocatoria y a esos hay que apoyar.
¿Se puede poner el eje de un gobierno en temas así, realmente?
La política que queremos implementar nosotros se basa en el bienestar del cuerpo, la mente y el alma de las personas y el deporte encaja exactamente en los tres aspectos porque tendremos una mejor sociedad y mejores deportistas. Si tú ves a un tipo que se va a tirar de un trampolín, no llega y salta. Tiene una meditación, una concentración y eso es prueba de la conexión entre lo que les mencioné. Conocí las realidades de Estados Unidos, Rusia y China, tres potencias mundiales, y aunque no puedo decir que hay que calcar sus políticas, en las tres partes se apoya a los niños desde chiquititos y eso hay que destacarlo.