Luego de que el Gobierno, la UDI y RN, para esconder su fracaso para disminuir la delincuencia, culpando una y otra vez al Poder Judicial, éste reveló este las cifras sobre las detenciones decretadas por los tribunales durante los últimos siete años y que desmienten la tesis de “la puerta giratoria”.
Al respecto señalan que nueve de cada diez solicitudes de prisión preventiva presentadas por la Fiscalía entre el 2006 y octubre de 2013, fueron otorgadas por los juzgados de garantía de todo el país. De acuerdo a los datos entregados, durante los siete años indagados se solicitaron a nivel nacional un total de 223.615 peticiones de prisión preventiva. Los jueces de garantía concedieron en total 196.104 ingresos a las cárceles, lo que equivale al 87,69% del total de peticiones.
Los datos además apuntan a que el Ministerio Público apeló en sólo un 16,34% de los casos. En tanto, del total de solicitudes elevadas a las cortes de Apelaciones del país, en 1.915 ocasiones -equivalentes al 42,57%- se decretó la prisión preventiva del imputado. En cuanto a los controles de detención a nivel nacional, entre 2006 y octubre recién pasado, se han realizado un total de 1.912.147. Considerando el periodo analizado, el año que registra un mayor número de prisiones preventivas decretadas por los tribunales fue 2009, con un total de 27.117; seguido por el año 2008, con 26.859; y el año 2010, con 26.379.
EXPLICADO CON MANZANITAS
El Gobierno y la Derecha Pinochetista le mienten a todo Chile, la Justicia no es ni más ni menos efectiva, culparla por «dejar a los delincuentes libres» es una falacia, no solo por estas estadísticas, si no que además, porque ya somos uno de los países con más personas tras las rejas per cápita del mundo.
Entonces la ecuación es simple. 1) El Gobierno busca esconder su propio fracaso. 2) Al mentir culpando a los jueces, solo buscan aprobar medidas dignas de dictadura como lo es el «Observatorio Judicial» para controlar ellos la justicia. 3) Ante la carencia de argumentos para que voten por ellos, solo buscan meter miedo, tal como lo indican los principios nazis de manipulación.