Un incendio destruyó una fábrica de ropa en Bangladesh que abastece a las principales marcas occidentales, entre ellas la española Zara. El fuego fue provocado por trabajadores furiosos ante los rumores de la muerte de un empleado por disparos de la Policía.
La explotación textil es algo común en el país asiático, cuyos bajos salarios y acceso libre por parte de los mercados occidentales han ayudado a convertirlo en el segundo principal exportador de ropa después de China. Pero una serie de accidentes mortales, como el derrumbe ocurrido en abril de un edificio que mató a más de 1.100 personas, ha desencadenado preocupaciones en torno a la seguridad en un sector que mueve 22.000 millones de dólares.
Un fotógrafo de Reuters en el lugar ha relatado que la ropa quemada estaba desparramada por el suelo con nombres de marcas como las de las cadenas estadounidenses American Eagle Outfitters, Gap o Wal-Mart Stores. También había ropa de otras marcas como Li and Fung , Marks and Spencer, Sears Canada, Fast Retailing Uniqlo y Zara.
ESCLAVITUD MODERNA
Las organizaciones por la defensa de los trabajadores textiles en Bangladesh, han denunciado que la responsabilidad de que ocurran numerosos accidentes en este lucrativo sector es de la negligencia del Gobierno y de las empresas occidentales, las cuales están más interesadas en el ahorro de costes que en la seguridad.
La catástrofe, pone en jaque una vez más a un sector que el año pasado generó 15 millones de euros en exportaciones, y que contribuyó a difundir en casi todos los hogares occidentales la etiqueta ‘Made in Bangladesh’. Todo esto mientras los trabajadores del edificio Plaza Rana Savar cobraban apenas 28 euros al mes, mientras confeccionaban productos para las marcas más caras del mundo.
OTRO ÉXITO MÁS DEL CAPITALISMO…