El Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta), de la U. de Chile, determinó que cerca del 28% de los niños chilenos, entre los cinco y 17 años, supera la talla correspondiente a su edad. Somos el sexto país más afectado por la obesidad entre las naciones de la Ocde, y para peor, de acuerdo a las últimas pruebas Simce de Educación Física, la tendencia es al alza.
Analizaron el comportamiento de 680 adolescentes de 16 años, de la Región Metropolitana, quienes fueron encuestados después de haberles ofrecido un desayuno. Tomaron jugos, sándwiches, frutas, leche o té a voluntad y, al final, todos confirmaron estar satisfechos. Sin embargo, 20 minutos después, al ser trasladados a una habitación con revistas y teniendo en frente bebidas, galletas y papas fritas -entre otros snacks-, el 62% de ellos volvió a comer. Raquel Burrows, endocrinóloga y una de las autoras del estudio, explicó:
“La idea era mostrar que todos los seres humanos, como cazadores-recolectores, tenemos en la zona frontal de la cabeza un centro del comer gratificante, el mismo que responde a las drogas y el alcohol. Cuando desde pequeño aprendes a asociar esa comida con gratificación (cumpleaños, recreos), cada vez que la vemos, la asociamos y la comemos. Es lo que utiliza el marketing para invitarnos a comer”
ESTILO DE VIDA / ANSIEDAD
De acuerdo a Burrows, el estilo de vida expone a los niños a mayor estrés y ansiedad. Y el colegio no ayuda. “El sistema escolar suprime lo que disminuye el estrés, que es la actividad física. Si tuvieran ejercicio físico diario y no hubiera quioscos, no estarían ni gordos ni estresados”. Según Burrows, la alternativa para evitar que los niños coman sin tener hambre es no exponerlos a la comida gratificante, y eso va más allá de la ley de rotulado de alimentos, que actualmente se discute, que prohíbe la publicidad en los colegios y restringe 30 tipos de alimentos, como las papas fritas o bebidas.
“Poner una etiqueta que diga que tiene más calorías es absurdo, porque si así fuera, los médicos no comeríamos chocolate, bebidas. No es elegir vivir sano; a cualquiera que le pongas algo que le gusta se lo va a comer. Lo que tendríamos que hacer es no exponer a los niños a ese tipo de comida. No puedes poner un quiosco con comida peligrosa en un centro escolar”
VIVIMOS EN UN PAÍS DE MIERDA, CON UN SISTEMA QUE NOS CAGA POR TODOS LADOS Y MÁS ENCIMA SIN EDUCACIÓN NI SALUD GARANTIZADOS COMO DERECHO
ESTOS ESTUDIOS NO DEBERÍAN SORPRENDERNOS