Un artículo de Clarín Chile, publicó un estudio del economista Manuel Riesco sobre las AFP, donde aseguró que de cada tres pesos que recauda el sistema, tanto por la vía de la cotización de los afiliados como de subsidios del Estado, dos se quedan enredados entre los administradores financieros y los grandes grupos económicos. Coincidiendo así con el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, quien aseguró que con las AFP chilenas sólo ganaba el sistema financiero. Parte del estudio señaló:
El estudio comprueba que en 2012, las cotizaciones más que duplicaron el monto de las pensiones pagadas por las AFP y compañías de seguros, y el Estado aportó adicionalmente, subsidios equivalentes a dos tercios de éstas. A pesar de ello, o más bien por lo mismo, los montos de las pensiones son inciertos, pues dependen de las veleidades de los mercados financieros, que en los últimos seis años han generado más pérdidas que ganancias al fondo de pensiones. Además, éste se reduce en razón inversamente proporcional al aumento de la expectativa de vida de la población.
Además, el estudio traza una síntesis magistral de la naturaleza y la lógica interna del sistema privado de pensiones: un sistema de ahorro forzoso concebido para extraer recursos del factor trabajo, y transferirlos directamente a los propietarios del capital. Sin embargo, tal vez la conclusión más importante del estudio consiste en la demostración de que si se devuelve el sistema previsión a la administración del Estado, no sólo se podría duplicar el monto de las pensiones, hasta igualar las pensiones que actualmente paga el sistema público, sino que incluso en ese caso, habría un considerable ahorro en el gasto fiscal. A continuación parte de la entrevista:
Lo que hace el estudio es visualizar el sistema en su conjunto, incluyendo AFP’s y compañías de seguros que lo conforman, y analizarlo como si fuera una gran alcancía, que por otra parte, es lo que el sistema dice ser, a la cual los afiliados entregan aportes todos los meses y el fisco entrega subsidios, ambos en dinero efectivo; y por otro lado, de esta alcancía se sacan todos los meses, pensiones y beneficios que el sistema paga a través de las AFP, o las compañías de seguros, en forma de rentas vitalicias. Lo que hace el estudio es analizar cuánto dinero entra, y cuánto sale, y por esa vía, llega a la asombrosa conclusión que los aportes triplican las pensiones que se pagan. En otras palabras, los aportes de los afiliados y los subsidios del fisco son tres veces mayores a las pensiones que paga el sistema.
– ¿Determina el estudio donde se van los dos tercios restantes?
“Bueno, a alguna parte tendrá que ir, porque esta alcancía debería estar repleta de dinero, en el símil de la bóveda de Tío Rico. Sin embargo, tú abres la alcancía y encuentras que no hay un solo pesos de dinero en efectivo. Sin embargo, entran todos los meses, miles de millones de pesos, y sale una tercera parte en pensiones. Por tanto, la cantidad de dinero que debería haber adentro, es gigantesca. En consecuencia, alguien lo está sacando, porque adentro no hay plata”.
– Lo que hay son títulos de deuda, imagino…
“Lo que tu encuentras adentro, son papeles. Abres la caja que dice La Polar, y encuentras una serie de papeles firmados por los ejecutivos de La Polar, que dicen que ellos han recibido préstamos de las AFP, o sea pagarés, y que lo van a devolver con gigantescos intereses. O son acciones de La Polar, que la AFP compró a buen precio. Bueno, hoy los pagarés y las acciones de La Polar no valen nada, porque como sabemos, La Polar era un gigantesco fraude”.
– Y la pérdida la hacen los afiliados…
“Por supuesto. El dinero contante y sonante fue a La Polar, y lo que queda son estos papeles que no valen nada. Soquimich, por ejemplo, es una de las cajas más grandes que hay adentro. Ha recibido cualquier cantidad de dinero de las AFP. Con eso, Ponce Lerou tomó control de la empresa estatal. Hoy sabemos que el valor de las acciones de Soquimich ha sido inflado. Enersis era la caja más grande, porque a través de este dinero contante y sonante, Yurasczek tomó el control de Endesa, de Chilectra y formó un imperio, que después vendió a Endesa España, con un gigantesco beneficio para él. Lo que quiero decir, es que son cajas con papeles. Hay alguna caja que dice Estado de Chile, que contiene bonos de Estado, que dicen que Estado va a devolver esta plata que les prestaron las AFP, con el correspondiente interés. Esa caja es alrededor de un quinto del fondo. Hay otra caja más chiquitita, equivalente más o menos a un 2%, que son bonos hipotecarios”.
– Con la desvalorización de los títulos de deuda o las acciones, ¿podría hipotéticamente el sistema entrar en default, o crisis de pagos?
“Difícilmente va a entrar en crisis de pagos, si todos los meses está entrando el triple de lo que sale. Lo que puede suceder, y de hecho sucede, es que lo que está acumulado teóricamente ahí, no vale lo que dicen que vale. Así pasó, por ejemplo, en 2008. La suma de todos estos papeles es el fondo de pensiones, que tiene un valor. Pero ese valor es una idea abstracta, porque no es dinero. Es lo que valen hoy esas acciones y esos bonos. Pero eso depende de muchas cosas. En 2008, esos papeles perdieron un tercio de su valor…
– Quedó pendiente la respuesta acerca de dónde se quedan los dos tercios de lo que recauda el sistema, que no van a pensiones…
“Voy a eso. pero primero quiero completar las cifras gruesas de lo que entra y lo que sale, porque son muy significativas. El total de lo que entra, triplica lo que sale. Pues bien, sólo lo que ha puesto el fisco, equivale a las tres cuartas partes de las pensiones que se han pagado. Es decir, el fisco ha financiado con subsidios, y con dinero contante y sonante, tres cuartas partes de las pensiones que ha pagado el sistema AFP. Si hacemos la comparación de las cotizaciones de los afiliados con las pensiones que se pagan, veremos que las cotizaciones de los afiliados -sólo las obligatorias- duplican las pensiones que se pagan. Ese es el cuadro. Tú preguntas dónde se va el dinero. Hay un chorro grande que se va a los grupos financieros que emiten estos pagarés y estas acciones. La alcancía está llena de estos papeles que emiten los grupos financieros, que han recibido a cambio, dinero contante y sonante. Hay otra manguera que sale de este chanchito, y va a los administradores del sistema, es decir, las AFP y las compañías de seguros.
– Recuerdo que en un estudio anterior, ustedes precisaban que uno de cada tres pesos recaudados por el sistema, iban a las AFP y compañías de seguros…
“Exactamente…y ahora lo confirmamos. Incluso más de uno de cada tres pesos que ponen los afiliados se va para allá. Otra comparación interesante es que lo que han sacado en primas y comisiones las AFP y compañías de seguros, equivale, o se acerca mucho, a lo que han pagado en pensiones. En otras palabras, el chanchito tiene, por una parte, lo que le ponen los afiliados y el fisco todos los meses, y por otra, una tetita no muy grande que va a los pensionados, en pensiones muy magras y miserables, como reconoció incluso uno de los panegiristas del sistema. Resulta que las AFP y compañías de seguro, que son en el fondo cinco empresas, se llevan tanto dinero como el millón de afiliados que hoy cobran pensiones”.
– A la luz de esas cifras, el sistema es un verdadero escándalo…
“Es un sistema de ahorro forzoso, en que se saca dinero del bolsillo de los afiliados, equivalente al 13% del sueldo, y se saca, por otro lado, una parte significativa de los ingresos fiscales, es decir, del IVA y los excedentes de Codelco, y se traspasa directamente a los bolsillos de las AFP y compañías de seguros y a los grandes grupos financieros”.
– ¿Ese era el sentido último de la reforma de 1981 que privatizó el sistema de pensiones; es decir, crear un mecanismo para trasferir renta del trabajo al capital?
“Evidentemente. Ese era el sentido: echarle el guante a las cotizaciones previsionales. Eso es el sistema”.
– Después de treinta años de experiencia ¿lo calificaría como un fracaso total?
“Hay que calificarlo como lo que es: un sistema de ahorro forzoso, porque esto va a continuar así para siempre, salvo, naturalmente, que lo cambiemos. Está diseñado para esto. No es que en algún momento el chanchito empiece a desinflarse, y estos papeles se vayan a transformar en dinero en efectivo, que se pague en pensiones, que por otro lado, sería lo lógico, ¿cierto? No. El chanchito va a seguir engordando de papeles, porque siempre los aportes de los afiliados y el fisco van a ser mucho mayores que las pensiones que paga el sistema. Por tanto, siempre el dinero cotizado por los afiliados y contribuido por el fisco se va a ir a los grandes grupos financieros, y una parte equivalente a las pensiones se va a ir a los administradores del sistema, o sea, AFP y compañías de seguros”.
-Por la vía de la reforma, pero sin alterar su lógica y su esencia de acumulación individual ¿se pueden mejorar las pensiones?
“No, porque lo que está ocurriendo es que constantemente se está yendo el dinero para otro lado. El dinero de las pensiones, el dinero que se contribuye para pagar pensiones, en realidad no se usa para pagar pensiones, sino en una pequeña parte. Dos tercios de la recaudación se usan para otros fines: traspasar recursos de los trabajadores a los grupos financieros, y remunerar a los administradores, vale decir, AFP y compañías de seguros”.
– Siempre dentro del sistema, y por la vía de la regulación ¿se podrían cambiar las proporciones?
“Dentro de la lógica de ahorro forzoso del actual sistema, no. Lo que hay que hacer es taponar el sistema, de forma que el dinero que se contribuye para financiar pensiones, se ocupe para pagar pensiones. Así de simple. En otras palabras, hay que ponerle un tapón a lo que se está yendo hacia los grupos financieros, y otro tapón para lo que se están llevando los administradores, porque todo esto lo puede administrar el INP o el IPS, sin mayor costo. Y eso lo transforma en un sistema de reparto”.