Polémica ha causado el nuevo reglamento que modifica la ley de caza y que incorporaría dentro de los animales peligrosos a los perros asilvestrados haciendo así posible su captura. Principalmente, por la definición del concepto al establecer que: «cualquier perro que esté a más de 400 metros de una vivienda o de un asentamiento humano puede ser considerado un perro asilvestrado y por lo tanto puede ser cazado».
Para los movimientos que han luchado por la ley de tenencia responsable y que lleva años en el Congreso sin aprobarse, la ambigüedad de la normativa es de alto riesgo para la totalidad de los perros abandonados o con dueños, pero libres. Básicamente porque el Estado deja la eliminación de estos animales en privados, lo que posibilita decisiones arbitrarias y escasa fiscalización sobre los métodos y las especies que serán cazadas.
Además, las organizaciones consideran que el reglamento debe ir acompañado de un rol más activo del Estado en generar las normas que castigue el abandono de perros que, según dicen, es la causa principal de que hoy existan manadas de perros bravíos. Criticando que la caza es una forma «extrema y cruel» de dar muerte a los animales. Que deberían buscarse mecanismos alternativos para impedir que muchos animales agonicen o sufran más de lo debido, en especial por no haber mecanismo de fiscalización de la actividad.
QUE EXISTAN TANTOS PERROS VAGOS SOLO ES UN REFLEJO DE LO ENFERMO QUE SOMOS COMO PAÍS
Y PARA REMATAR, EN VEZ DE EDUCAR, CONCIENTIZAR Y CREAR POLÍTICAS DE LARGO PLAZO, EL GOBIERNO SOLO SUGIERE MATARLOS