Como ya es fue una costumbre en el Gobierno de los peores y la letra chica, el proyecto para incorporar un «brazalete electrónico”, al que de manera graciosa, llamaron como «la mayor revolución tecnológica en la prevención y resguardo de víctimas», fracasó rotundamente debido a su nula precisión.
El proyecto, que tuvo un costo de 27 mil millones de pesos, se suponía que ayudaría a mantener vigilados a los condenados por delitos de connotación sexual y a los autores de violencia intrafamiliar, y contemplaba la posibilidad de alertar a las víctimas si es que un agresor estaba cerca de sus viviendas.
PRECISIÓN ASOMBROSA (?)
Éste nuevo fracaso, que impulsó el Gobierno incluso con afiches y difusión comunicacional, simplemente no pasó las pruebas de chequeo en Chile. Esto porque la pulsera electrónica tenía graves errores como: marcar el posicionamiento del condenado con 35 kilómetros de distancia del lugar donde realmente estaba, no funcionaba cuando se ingresaba al metro y enviaba la señal con hasta tres horas de diferencia.
NO PERO EN SERIO, QUE MIERDA DE GOBIERNO EL DE PIÑERA…