En el marco de una nueva jornada de protestas contra el Mundial realizada por movimientos sociales en unas quince ciudades del país, en el denominado “Día internacional de la lucha contra la Copa”, activistas del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) protestaron contra el gasto público en el Mundial de futbol frente a la sede de la estatal Terracap, propietaria del estadio de Brasilia, el más caro de los construidos para el evento de la FIFA.
Edson Silva, uno de los coordinadores del movimiento Sin Techo, dijo que pretendía denunciar los 545 millones de dólares que el Gobierno de Brasilia destinó a la construcción del estadio, pese a que «la población más pobre no tiene acceso a una vivienda digna». La jornada de protestas también ha comenzado en Sao Paulo, donde ha habido diversas manifestaciones que han colapsado importantes avenidas de la ciudad. Una de ellas se concentró en las inmediaciones del estadio Arena Corinthians, escenario del primer partido del Mundial y cercano a un terreno ocupado por unos cuatro mil activistas del movimiento Sin Techo desde la semana pasada.
ALTA REPRESIÓN
Junto con la militarización completa de las favelas, en São Paulo y en Río de Janeiro, los profesores protagonizaron paros que reunieron a varios centenares de personas y bloquearon vías importantes de ambas ciudades. En la capital paulista, los docentes aprovecharon un evento anti-Copa para comenzar una marcha en la zona sur de la ciudad. Unas mil personas bloquearon la avenida Paulista, una de las principales vías financieras de la ciudad, donde el tráfico se volvió caótico.
En Río de Janeiro, se unieron varios colectivos profesionales en una marcha de cerca de 3.000 personas. La movilización fue creciendo a lo largo de la tarde. Lo que al principio parecía un pequeño grupo de jóvenes manifestándose contra la celebración del Mundial acabó tomando forma de protesta multitudinaria. A los grupos de estudiantes se sumaron conductores y cobradores de autobuses y profesores de las escuelas públicas en huelga. Todos marcharon al grito de “No va a haber Mundial” y a favor de una mayor inversión en salud, educación y transporte público. El presidente del Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado (PSTU), Cyro Garcia
«La represión policial fue enorme y brutal durante las manifestaciones del año pasado. Por eso teníamos miedo de salir a manifestarnos hoy. Pero no somos pocos y veremos como este movimiento crece a lo largo de las próximas semanas y durante el Mundial»
MUERTOS Y SAQUEOS
En el tercer día de protestas en el norte brasileño la situación fue un paso más allá debido a la huelga de la policía, lo que abrió camino a saqueos de las grandes tiendas. El envío de tropas militares de parte del gobierno terminó con 11 muertos. Medios señalan que desde ayer, «el clima de temor y tensión entre la población dejó a Recife y a pueblos vecinos con sus calles vacías». El comercio decidió no abrir sus puertas y las clases fueron suspendidas o declaradas directamente como «optativas» en las escuelas de la zona.
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