Hace un par de años, Arturo De la Vega, el dueño del conocido restaurant parrillero “Las Vacas Gordas”, le dijo al personal que se encontraba en quiebra y que para salir de la crisis económica necesitaba que sus empleados lo apoyaran cumpliendo turnos extra y en forma gratuita. Los trabajadores dicen no haber dudado en apoyar al empresario durante su “banca rota”, y que hoy, cuando parte de las utilidades del negocio llegan casi a los mil millones de pesos y las ventas del último periodo comercial superan los tres mil millones, el empresario rechazó regularizar la situación de los trabajadores.
El 3 de septiembre 2014, la inspectora provincial del trabajo de Santiago, María Arroyo Fuentes, decretó que, a través del ordinario 2358, iniciada la huelga del sindicato de trabajadores de la empresa Sociedad Gastronómica Las Vascas Gordas Limitada, debían pasar 15 días para que el empleador pudiera contratar relevos, mediando el pago de un bono de reemplazo para cada trabajador en paro. La huelga se hizo efectiva el 9 de septiembre y tres días después, el personal de reemplazo ya operaba en el local de Las Condes.
Otro de los problemas de las platas negras es que paga lo que quiere, a quien quiere y cuando se le da la gana, a veces entrega bonos durante algunos meses sin incluirlos en las liquidaciones y los quita sin dar explicaciones, lo mismo pasa con las horas extras.
TRABAJADORES QUE SE ORGANIZAN PARA DEJAR DE SER EXPLOTADOS, EL EMPRESARIO LOS DESPIDE EN LA CALLE Y LOS HUMILLA
Y A ESTOS LES LLAMAN «EMPRENDEDORES»
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