Gratuidad universal: Una medida regresiva
A los que firmamos esta carta nos asiste la convicción de que Chile no debe tener gratuidad universal en la educación superior, por cuanto sería regresiva desde el punto de vista de la distribución de los ingresos. Lo señaló el informe «Tertiary Education in Chile», publicación conjunta de la OCDE y del Banco Mundial el 2009, al decir: «Los sistemas de educación superior de América Latina que continúan bajo la gratuidad son probablemente más regresivos por la alta proporción de estudiantes de familias ricas que obtienen acceso a las universidades públicas de mayor prestigio, sin contribuir a cubrir su costo».
Creemos que se debe profundizar la política de financiamiento estudiantil para que ningún joven con la voluntad y los méritos, aunque sin los recursos, quede al margen del sistema. Es en ese sentido que entendemos la educación como un derecho que la sociedad no puede negar a nadie que reúna tales características. Pero no nos parece que contribuye a la equidad social que quienes provienen de familias de altos ingresos puedan acceder a estudios superiores sin pagar los costos de educarse, en virtud de un subsidio público financiado con rentas generales de la nación.
Por otra parte, la gratuidad no asegura calidad, e incluso no es descartable que la calidad se deteriore si la gratuidad, al suponer un aporte fijo del Estado para pagar la docencia, deja desfinanciadas a instituciones que desean invertir en mayor calidad. Creemos que es importante que las instituciones tengan libertad para obtener recursos adicionales de otras fuentes; desde luego, de aquellos que pueden pagar el costo de educarse. De igual modo, compartimos la necesidad de velar por el cumplimiento de la ley que prohíbe el lucro en las universidades, de tal suerte de agregar como una fuente de recursos la reinversión de los excedentes.
Firmaron esta verguenza de carta, pura gente de pueblo que les interesa mucho que los pobres tenga educación: Mariana Aylwin, Joaquín Lavín, Juan de Dios Vial C, Andrés Bianchi, Bruno Philippi, Ernesto Tironi, Gonzalo Edwards, Francisco Rosende, Carolina Schmidt, Javier Etcheberry, Rolf Lüders, Vittorio Corbo, Rafael Bergoeing, Harald Beyer, José Joaquín Brunner, Klaus Schmidt-Hebbel, Felipe Larraín y Fernando Coloma.
A CONTINUACIÓN DESMENTIREMOS ESTA MISERIA DE MANERA SIMPLE Y DIDÁCTICA
1) El 70% de los chilenos gana menos de 400 mil pesos. El 90% menos de 800 mil. Por lo que los que en verdad tienen dinero son una clara minoría, entonces el argumento del «pagarle la educación a los más ricos» es una soberana mentira y ellos lo saben perfectamente.
2) ¿Por qué hay que pagarle la educación a los ricos? Porque de esta manera te aseguras que todos tengan la misma eduación. De no hacerlo ocurre lo de ahora. Los ricos tienen sus escuelas y universdades exclusivas, donde les pagan a los mejores profesores y tienen la mejor infraestructura. Explicado de otro modo: Si los ricos tienen dinero para pagar por su seguridad, ¿por qué utilizan a Carabineros? Funciona igual para la Educación.
3) Resulta gracioso de que se hable de «Educación Gratuita» como una gran y extraña utopía. Siendo que en el resto del mundo es de lo más común. Ni hablar de Finlandia, donde además de gratuita es la mejor del mundo. O el mismo Chile, antes de la Dictadura.
4) La parte del: «deja desfinanciadas a instituciones que desean invertir en mayor calidad» da para rutina de humor. A los empresarios no les interesa dar mejor educación. Solo les interesa crear a una masa lo suficientemente inteligente para trabajar para ellos pero no tan inteligente como para cuestionar y desarrollar ideas propias.
5) Esta carta no dice absolutamente nada. Los 47 fachos que la firmaron son de la burguesía, jamás van a querer lo mejor para la gente. ¿Su opinión pesa más que todo un pueblo? El chiste además, está en que todos estos recibieron educación gratuita no solo en Chile, si no que en el extranjero.
6) Esto simplemente es otra prueba más de que la burguesía está desesperada. Saben que en igualdad de condiciones. Ellos y sobretodo sus hijos, pierden.