Freud lo llamó «formación reactiva», a la batalla furiosa contra el símbolo externo de los sentimientos que están siendo sofocados interiormente. En este caso, impulsos homosexuales, cuando reprimidos por vergüenza o miedo, se puede expresar como la homofobia. El New York Times realizó seis estudios distintos en Estados Unidos y Alemania, implicando un total de 784 estudiantes universitarios. Los participantes calificaron su orientación sexual en una escala de 10 puntos, que van desde gay a heterosexual. Tomaron, pues, una prueba por ordenador administrado diseñado para medir su orientación sexual implícito.
En la prueba, los participantes fueron las imágenes que aparecen y las palabras indicativas de hetero y homosexualidad (fotos de parejas del mismo sexo y heterosexuales, palabras como «homosexual» y «gay») y se les pidió que los clasifique en la categoría adecuada, gay o heterosexual, lo más rápidamente posible. El equipo midió los tiempos de reacción.
El giro es que antes de cada palabra y la imagen apareció la palabra «yo» o «otro» se apareció en la pantalla durante 35 milisegundos – el tiempo suficiente para que los participantes procesar subliminalmente la palabra, pero lo suficientemente corto que conscientemente no podía verlo. La teoría aquí, conocido como asociación semántica, es que cuando «mi» precede a las palabras o imágenes que reflejen su orientación sexual (por ejemplo, imágenes heterosexuales para que una persona recta), usted va a clasificar estas imágenes en la categoría correcta más rápido que cuando «mi» precede a las palabras o imágenes que son incongruentes con su orientación sexual (por ejemplo, las imágenes homosexuales para una persona recta).
Con esta metodología se identificó un subgrupo de participantes que, a pesar de la auto-identificación como muy recta, indica un cierto nivel de atracción del mismo sexo. Cabe destacar que estos «discrepantes» individuos también fueron significativamente más propensos que otros participantes para favorecer las políticas anti-gay.
LOS HOMOFÓBICOS SE EXCITAN VIENDO A PERSONAS DE SU MISMO SEXO
Otro estudio realizado por Journal Abnormal Psychology fue aún más concreto, ya que midió de manera directa la excitación homosexual en hombres exclusivamente heterosexuales que admirtieron sentimientos negativos en contras de los individuos homosexuales. Un grupo de hombres homofóbicos y un grupo de hombres no homofóbicos, fueron asignados a sus grupos en base a su puntaje en el Índice de homofobia (W.W. Hudson y W.A. Ricketts, 1980). Los hombres fueron expuestos a estimulación sexual explícita, consistente en videocintas heterosexuales y homosexuales, siendo éstas últimas tanto masculinas como femeninas.
Los cambios en la circunferencia del pene fueron monitoreados. Los sujetos también completaron un Cuestionario de Agresión (A.H. Buss y M. Perry, 1992). Ambos grupos exhibieron incrementos en la circunferencia de pene frente a los vídeos heterosexuales y homosexuales femeninos. Sólo los hombres homofóbicos presentaron un incremento en la erección del pene frente al estímulo homosexual masculino. Netta Weinstein, profesor de la Universidad de Ronchester afirmó:
«En algunos casos hemos encontrado personas que están en guerra consigo mismos, y que tratan de ocultar a toda costa este conflicto al exterior»
¿QUÉ LLEVA A ESTA REPRESIÓN?
Se encontró que los participantes que reportaron tener padres comprensivos y aceptar estaban más en contacto con su orientación sexual implícito y menos susceptible a la homofobia. Los individuos cuya identidad sexual estaba en desacuerdo con su atracción sexual implícito eran mucho más frecuentes planteadas por los padres perciben que el control, menos aceptar y más prejuicios contra los homosexuales.