El sacerdote más repugnante en la historia de la iglesia de Chile, el cardenal Ricardo Ezzati, defensor confeso de la obra de Pinochet, de pedófilos y la desigualdad, nuevamente criticó la reforma educacional, asegurando que «atentaba contra la pluralidad».
“Nos llama la atención que el proyecto no considere la totalidad de la persona humana, los derechos que tienen los padres, la sociedad intermedia al emprender de acuerdo a las leyes y la Constitución”
“El Estado no puede ni debe convertirse en el dueño de la educación y, por consiguiente, que la quiera dirigir a su antojo de acuerdo a la ideología de turno. Eso es inaceptable”
“Es fundamental que exista pluralidad de proyectos educativos y que, por consiguiente, grupos que se organizan para ofrecer educación de calidad de acuerdo a la Constitución y las leyes del Estado lo puedan hacer”
Y BUENO, LO DE SIEMPRE:
LA ÚNICA IGLESIA QUE ILUMINA ES LA QUE ARDE