Teniendo en claro que la izquierda no tiene representación política, que la Nueva Mayoría y el gobierno neoliberal de Bachelet son de centro derecha, y que UDI, RN y Evópoli son claramente de extrema derecha, podemos entrar a entender el proceso necesario para que un weón como Américo, surgido de la clase obrera, decide defender los valores e intereses de la extrema derecha. (Recordemos que incluso criticó la serie «Los 80» )
En simples palabras, Américo no es más que un desclasado. El esclavo que decidió ser más amigo de sus patrones que de los suyos. Y como la prometedora y meteórica carrera que alguna vez tuvo se estancó, decidió, por un par de monedas, abrazar al sector más fascista del poder para tratar de mantenerse vigente. (Muchos «artistas» han hecho lo mismo abrazando a la Concertación). De esta manera, al aliarse con ellos, siempre contará con algún empresario o político que lo contratará para las fiestas de fin de año
Criticar al actual Gobierno por su desempeño en la tragedia del norte, como lo hizo Américo, es criticar el ángulo más superficial del pésimo gobierno de Bachelet. Una crítica de fondo sería denunciar que sus reformas están llenas de letra chica y siguen favoreciendo a los empresarios, su constante represión a cualquier protesta y los constantes conflictos de interés en los que se ha visto envuelto su Gobierno. Pero Américo y cualquier persona de extrema derecha jamás realizará esa crítica, ya que de hacerlo, también criticarían a su sector que tiene los mismos problemas; y al igual que Bachelet, jamás solucionarán los problemas que afectan a la clase trabajadora. Después de todo y aunque a ambos sectores les duela, son el cara y sello de la misma moneda