A su renuncia al Partido Socialista por la polémica generada en el Caso Caval, La Tercera señaló que ahora también congeló (o congelaron) su vínculo con la masonería, a la que adhirió por casi 10 años, por haber incluido innecesariamente su participación en la organización en su declaración pública de intereses. La molestia de la masonería con Dávalos no es nueva, y fue resumida en un artículo de El Mostrador.
Tal como su abuelo, el general Alberto Bachelet, es sabido que Dávalos es miembro de la masonería. Una condición, afirman, que nunca ha manejado con la discreción que caracteriza a la mayoría de los integrantes de la orden, sino que, por el contrario, siempre ha hecho alarde de ello.
Un ejemplo, comentan algunos masones, es el abuso del uso de la humita –prenda característica de las ceremonias oficiales– en su look cotidiano, a pesar de que nunca ha tenido un rol ni una trayectoria muy destacada en la institución, a diferencia de lo que representa la figura de su abuelo en la orden.
Explican que Dávalos lleva más de una década en la Masonería, tiempo en que la mayoría de los masones logra alcanzar el grado de “maestro”, lo que no ha sido el caso del hijo de Bachelet, que se mantuvo la mayor parte de esos años como aprendiz (etapa de inicio) y que no hace mucho logró finalmente ascender al nivel intermedio de “compañero”.
En la masonería afirman que el Caso Caval ha sido debatido intensamente estas semanas en todas las logias de la Región Metropolitana, que la discusión ha girado en torno a la molestia que existe con Dávalos por “exponer gratuitamente” a la orden con sus acciones y por incluir innecesariamente su participación en el Club de La República en su declaración pública de intereses.
A ESTE PASO, EXPULSARÁN A DÁVALOS HASTA DEL CLUB DE LOS AMANTES DE LA MARRAQUETA