En entrevista para Radio U de Chile, el Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar, se refirió a los alegatos que sostienen Chile y Bolivia en La Haya por el diferendo marítimo, evidenciando lo ridículo que resultan los discursos chovinistas en un país como el nuestro, donde todos los recursos están privatizados.
«Así como también las constituciones políticas tiene que ser también eliminadas para dictar nuevas, como estamos viviendo ese proceso en Chile, creo que la legalidad tiene una vigencia determinada, históricamente acotada, y lo mismo vale para los tratados. Yo creo que el tratado de 1904 y todos los tratados que se firmaron con Perú y Bolivia, después de la guerra del Pacífico, son tratados que, de alguna manera, establecieron las condiciones del vencedor de la guerra, y establecieron un aparente statu quo, un tratado de paz, en el fondo, para que no continuara la guerra, pero tendía a consolidar y rigidizar un estado de cosas que no podía ser, sino transitorio»
«Bolivia y Perú fueron derrotados, y en esa condición tuvieron que firmar los tratados respectivos, y perdieron lo que perdieron. Pero eso tiende a cambiar con el tiempo. Las fronteras fijadas de esa manera, están acotadas a una situación determinada, y con el correr del tiempo, pienso yo, como historiador, la historicidad exige muchas veces, que esos tratados sean revisados, y sean actualizados, porque la condición de vencedor/vencido, es una situación del momento, es epocal, digamos diez o veinte años, pero no eterna»
«Entonces creo que el alegato chileno en La Haya es un alegato que se aferra a la permanencia perpetua de los tratados, entonces tiene la debilidad justamente de que no reconoce que los procesos históricos van cambiando y se van transformando en el tiempo, y a la vuelta de ciento y pico años es evidente que las condiciones entre Chile y Bolivia han cambiado. Creo que por ese lado el alegato chileno es muy patriotero, quiere rigidizar las cosas y mantener la condición de vencedor en el tratado, y eso creo que está un poco en el aire, porque las cosas cambian y requieren que todas las leyes deban ser actualizadas en algún momento»
«Es un hecho que el Ejército que ganó la guerra del Pacífico, o los ejércitos que ganaron la guerra, estaban compuestos de rotos, y los rotos en esa guerra no perdían ni ganaban nada. Simplemente ellos los llevaron para pelear y murieron por miles y miles, y los que se beneficiaron fueron, en definitiva, la élite empresarial chilena y la élite empresarial inglesa, con otras nacionalidades que estaban involucradas en la cuestión del salitre. Fue una especie de capital internacional que se fue metiendo ahí, con mayoría inglesa y con minoría chilena, en última instancia. Entonces, los rotos, de hecho, combatieron por principios y conveniencias que no eran las de ellos, sino de las élites, e incluso élites internacionales»
«Más allá de la guerra, más allá de los intereses capitalistas, en el norte de Chile conviven peruanos, bolivianos, chilenos y tenemos peruanos aquí en grandes cantidades en Santiago, estamos cada día comiendo más cocina peruana. Entonces, lo que pasa es que hay integración real de los pueblos, pero no de los Estados, y no de las élites que se agarran de los Estados, y lo que pasa en Bolivia y con su pueblo es que es obvio que ellos no tienen mar, y les duele que les hayan quitado la provincia que tenía acceso al mar, entonces el pueblo boliviano apoya, en ese sentido, las pretensiones del Estado boliviano, pero eso no significa que se identifiquen con las élites. Es un problema real para el país, sin lugar a dudas. La cosa tiene muchos bemoles. Un historiador social tiene que preocuparse de todos los aspectos del problema, y no sólo del tratado en sí. Hay que recordar que en esa época Chile entregó soberanía gratuitamente. La patagonia, la puna de Atacama, y ese tema no se toca en Chile»
«Hablamos mucho de soberanía chilena sobre el territorio, pero resulta que la soberanía nacional, por ejemplo sobre el agua, el agua está privatizada, entonces dónde está la soberanía ahí. Poco a poco los ríos están siendo privatizados. El cobre de hecho está privatizado, a pesar de que una parte es de Codelco, pero la mayoría está en manos extranjeras. Entonces qué tanto hablamos de soberanía, cuando estamos entregando la riqueza de este país a los extranjeros en masa. Hasta la educación. Están apareciendo universidades extranjeras dentro de Chile que se están apoderando de ciertos procesos educativos. Hay incongruencias en todos estos planteamientos. Yo creo que la frase del Presidente boliviano fue muy buena, “qué tanto hablan ustedes de una democracia dinámica si no hay cambiado la Constitución de Pinochet”, lo encontré genial»
UN SALUDO A LOS FACHOS Y SU PATRIOISMO AL PEO
RECLAMAN POR UN PEDAZO DE TIERRA QUE JAMÁS VERÁN Y NI SE INMUTAN EN REGALARLE EL PAÍS ENTERO A LOS EMPRESARIOS