Según un estudio del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), Chile es el país con voto voluntario que tiene la mayor abstención electoral en el mundo, con un 58 %. Australia encabeza el ranking con el menor ausentismo de sólo 6,8% del padrón. En segundo lugar está Bolivia, con 8,1%. En ambos, el voto es obligatorio. Pero en Sierra Leona, que aparece tercero con 9%, es voluntario.
Reflexionemos:
Aunque a muchos les duela, la realidad, que se confirma todos los días, es que da lo mismo quien gobierne. Por supuesto no somos ciegos, comprendemos sus diferencias encarnadas principalmente en el terrorismo estatal beligerante, pero esto no puede llevarnos a preferir una o la otra. Después de todo, con los Casos Penta, SQM y Caval hemos visto como todos los políticos, de todos los sectores, tienen un gran punto en común: Son financiados por los mismos empresarios. Y adivinen para quién gobernarán y harán las leyes una vez elegidos.
Ahora los políticos, (los mismos que pontifican hablando de «libertad»), utilizarán esta noticia como argumento para volver al voto obligatorio. Y es que necesitan de cierta validación para vivir a costa del Estado y beneficiar a los de su clase. Otros en cambio llamarán a «confiar en los políticos». Si la casta política en Chile fuera más transparente y nuestro país no fuera la verguneza que es hoy día, posiblemente la gente participaría feliz en el circo del sufragio. Pero después de todos los casos de corrupción, es una inmoralidad que le pidan a la gente «confiar en los políticos».
Si se supone que la democracia «es el gobierno del pueblo», ¿Cómo explicamos que tras tantos años de Gobierno «del pueblo» sigamos con sueldos miserables, donde la educación y la salud no están garantzados como derecho y con las AFP robándonos las jubilaciones? La democracia es una mentira de la cual sólo se beneficia la elite. ¿Los políticos? títeres que reciben suculentas migajas. Votar sólo te hace cómplice de esta estafa.