El sospechoso silencio de Piñera no es casualidad, y es que en las últimas semanas a aparecido involucrado en todos y cada uno de los escándalos de corrupción desatados en Chile, destacando los 110 millones de pesos que recibió de SQM por servicios que jamás realizó, el autopréstamo para evadir impuestos y que tiene hasta a sus hijos boleteando para SQM.
Al respecto, una columna de El Mostrador, señala que el entorno de Piñera considera que la «mala reputación» que lo precede en su manejo empresarial, funcionará como un escudo frente a los nuevos cuestionamientos que lo vinculan al financiamiento irregular de la política. Según expresan, «la ciudadanía está acostumbrada a sus manejos truchos”, por lo que no habrá efectos sobre su imagen. Es sólo “una más en su trayectoria», afirman. Parte de la columna señala:
El ex Presidente Sebastián Piñera tiene un largo historial de irregularidades en el mundo de los negocios, es reconocido como un hábil especulador bursátil, afín a operaciones de alto riesgo y un empresario que varias veces ha jugado al límite de la ley para incrementar su fortuna. Entre los casos más bullados, están las irregularidades en la quiebra del Banco Talca, su adquisición del negocio de tarjetas de crédito, el caso Chispas cuando era parlamentario, el uso de información privilegiada para adquirir acciones de LAN, la tardanza en la venta de sus empresas mientras asumía la Presidencia y sus vínculos con el caso Cascadas.
Ese historial, opinan tanto en la Alianza como en parte del piñerismo, es su principal activo para enfrentar los nuevos cuestionamientos por el rol de sus empresas, lideradas por Bancard, su matriz de inversiones, en los casos que remecen a la política: en el caso Penta se investiga la legalidad de un contrato de forwards por $50 millones entre Bancorp, CB y Penta; en el caso SQM, la Fiscalía indaga la emisión de boletas por $340 millones de pesos a la empresa de Ponce Lerou, también a través de Bancorp –tanto las boletas como los forwards coinciden con la primera y segunda vuelta de la campaña que lo llevó a la Presidencia–; y el último episodio que provocó la salida de Jaime de Aguirre de CHV por la triangulación del pago de sus bonos y asesorías mediante boletas falsas a SQM, Aguas Andinas, Pampa Calichera y Asesoría e Inversiones Ilihue por $130 millones, de los cuales se presume que eran dineros aportados por esas empresas a su campaña política.
La explicación que da su entorno es bastante sencilla: la ciudadanía está acostumbrada a sus conductas impropias. Los nuevos antecedentes no generan sorpresa ni asombro, por lo tanto, no afectarán su imagen ni su candidatura presidencial. El diagnóstico es que el ex Mandatario cuenta con experiencia en sortear bien los episodios en que se ha cuestionado la legalidad de sus operaciones comerciales y, sobre todo, creen que la opinión pública está habituada a que cada tanto se vea involucrado en estos escándalos: “La gente sabe que Piñera es bastante pillo y lo aceptan así”, comentó un alto dirigente de la Alianza.
En la UDI comparten el mismo diagnóstico. Uno de los parlamentarios gremialistas asegura: “Es claro que el estándar actual es más alto, pero todos los defectos y virtudes de Piñera ya son conocidos. No cambiará la percepción de él por los últimos hechos conocidos”. Otro parlamentario y miembro de la directiva argumenta que todos saben cómo se mueve Piñera: “La gente ya sabe que él funciona así, ha superado muchos cuestionamientos, esta vez no será la excepción”.
ENTONCES EN CHILE, QUE SEAS RECONOCIDO COMO UN CORRUPTO DE MIERDA, ES CONSIDERADO COMO UN «ACTIVO POLÍTICO»…
ESTAMOS HASTA EL SOBERANO PICO