En entrevista para Radio Villa Francia, el historiador Gabriel Salazar se refirió a la nula credibilidad de la clase gobernante, al actuar de Carabineros, a la manipulación de la prensa resaltando la importancia de las redes sociales y los medios de información alternativos, e hizo una necesaria reflexión sobre las marchas, asegurando que por si solas no servían de mucho: «llevamos 200 años haciendo eso», explicó.
LA CRISIS POLÍTICA
Durante los cien años del siglo XIX la clase política operó sola en el Estado, sin ciudadanos. De hecho, se estaba viviendo una crisis estructural de representación, porque la ciudadanía fue negada, fue manipulada, a través del cohecho, de la manipulación de las urnas electorales. La del siglo XIX fue una clase política sin ciudadanos. Y a comienzos del siglo XX, cuando ya comienzan a aparecer los ciudadanos como tales, se produce una primera y enorme crisis de representatividad. Esto ocurre entre 1910 y 1925, aproximadamente. Es el periodo en que Luis Emilio Recabarren asume para que sea el pueblo el que tome la sartén por el mango, gobierne y dicte la constitución.
La segunda gran crisis de representatividad fue más menos entre 1947 a 1952, que fue un desprestigio de toda la clase política. Por eso las masas populares votaron por la virtual dictadura de Carlos Ibañez del Campo, cuyo gobierno no resultó, porque finalmente no se la pudo. Esa es la verdad. En la época de Recabarren la ciudadanía fue engañada por Arturo Alessandri Palma. A mediados del Siglo XX la ciudadanía pensó que el General Ibáñez del campo iba a resolver la crisis de representatividad con la escoba, esto es: barriendo con los políticos. Pero no lo hizo. Hoy día tenemos la tercera oportunidad y esta vez no podemos equivocarnos ni esperar que venga un salvador tipo como Ibáñez a resolver los problemas. Si no los resolvemos nosotros vamos a quedar exactamente igual que antes.
CARABINEROS Y LOS MEDIOS MASIVOS
Dado que existe una policía militarizada y un cuerpo especial que está entrenado para enfrentar movilizaciones estudiantiles y juveniles, es inevitable que ocurran escaramuzas como ésta que provocó las graves lesiones contra Rodrigo Avilés. Esto, porque las Fuerzas Especiales de Carabineros no sólo están pensadas para disuadir movilizaciones y evitar que lleguen a dañar el mobiliario urbano y la propiedad privada: es un cuerpo policial que genera violencia callejera, exagera el control de las masas y eso va de alguna manera atado a la forma en que se comportan los medios de comunicación de masas. Porque cada vez que hay una manifestación y ésta termina en escaramuzas callejeras, con cierto empleo de violencia policial y de parte de los encapuchados, al día siguiente casi todos los periódicos sólo hablan de los daños, de los policías heridos.
LAS MARCHAS
Los ciudadanos y los grupos que representan a la clase popular, deberíamos buscar otra forma de hacer valer nuestra voluntad, porque solamente desfilando, reclamando, protestando en la calle no avanzamos nada. Llevamos 200 años haciendo eso. Si seguimos reclamando de esa manera, solamente con reclamos en la calle, sabiendo que existe esta reja que está desviando toda la atención, yo creo que no estamos avanzando nada. Los estudiantes se están movilizando desde 2001 y ahí están todavía marchando. No hemos avanzando nada respecto de como nosotros imponemos un proyecto educativo que sea netamente popular, organizado y construido por nosotros mismos.
Estamos ante una crisis política y de representatividad y, evidentemente, el movimiento estudiantil ha agudizado esta crisis. Existe un extendido deseo de poder construir, por primera vez en nuestra historia, una constitución a través de una asamblea constituyente. La calle y distintas encuestas lo demuestran. Creo que si, en la medida que aprendamos a construir la propuesta, la solución e imponerla. Pero si seguimos pidiendo y reclamando en las calles, que la clase política resuelva, no vamos avanzar un paso y no vamos a llegar a controlar el proceso constituyente.
LA NECESIDAD DE ASAMBLEAS LOCALES
Tenemos que sentarnos en distintos tipos de asambleas locales, a construir nuestras propuestas, que pueden ser proyectos de ley, de constitución política, proyectos locales, de valles como el Huasco. Cuando tengamos esas propuestas, la solución en la mano, tenemos que imponerlas por las vías que sean más expeditas. Eso es más efectivo que desfilar en la calle para pedir que la clase política o los milicos resuelvan el problema. Lo primero, es el ejercicio de poder y de soberanía popular ciudadana. Lo segundo, el viejo peticionismo de masas sociales que piden en la calle, que no resuelve nada.
Lo importante del “proceso constituyente”, del que habló la presidenta (Michelle) Bachelet, es que sea controlado por la ciudadanía y por la clase popular. Porque si lo controla la clase política existente ahora, vamos a quedar exactamente en lo mismo. Porque la historia muestra que esto siempre ha sido así. Las tres constituciones que hemos tenido han sido manipuladas de tal manera que hemos quedado en lo mismo que había antes, y la ciudadanía quedó frustrada respecto de las expectativas generadas en estas coyunturas constituyentes. Si no aprendemos a imponer nuestras soluciones, nuestras propuestas, no vamos a lograr controlar el proceso constituyente. No sacamos nada con estar gritando en la calle: “¡asamblea constituyente, asamblea constituyente!”, porque incluso lo que vamos a conseguir, es que los políticos la organicen y eso va a significar que vamos a quedar igual que antes.
REDES SOCIALES Y MEDIOS DE INFORMACION ALTERNATIVOS
En primer lugar, hay que partir la reflexión señalando que los medios de comunicación de masas, que están en manos de la oligarquía, han perdido credibilidad y uso. De ahí los problemas financieros que tiene la televisión actualmente y diarios como El Mercurio, que se ha ido achicando, achicando, cada día más. Eso tiene que ver, en segundo lugar, con que la ciudadanía ha aprendido a comunicarse y a informarse a sí misma, por si misma, a través de los medios electrónicos de comunicación, que se usan en Chile enormemente.
En tercer lugar, la ciudadanía ha aprendido a comunicarse oral y verbalmente a través de las asambleas ciudadanas que están surgiendo por todas partes. El asambleísmo está en apogeo en Chile, aunque los medios de comunicación de masas no informen de esto, pero este es un fenómeno real que nos consta. Hoy día la ciudadanía chilena tiene sus propios medios de información y autocomunicación. Lo electrónico, que lo usan a destajo, y la asamblea ciudadana que implica una deliberación oral directa. Entonces, ya no estamos desesperados por los medios de comunicación (tradicionales) salvo para informarnos de lo que piensan los políticos, lo que a esta altura da lo mismo.
En este sentido, estamos en una situación extraordinariamente favorable. No dependemos ni siquiera de un diario de izquierda. Tal vez en otros años El Siglo era re-importante, o El Clarín era re-importante, pero hoy no los necesitamos: la información viene por otras vías y la posibilidad de deliberar sobre esta información y lo que estamos pensando, también tiene otras vías mucho más directas.