1) EL FRAUDE DE BACHELET Y LA NUEVA MAYORÍA
Bachelet aseguró que no iba a contar con los recursos para realizar su programa. Si, hablamos del mismo conjunto de reformas que prometió mientras era candidata para que votaran por ella. Lo «gracioso» de esta afirmación, es que mientras a nosotros nos venden una crisis económica, la elite sigue ganando tanto dinero como siempre. En el mejor de los casos esto refleja la irresponsabilidad y poca previsión de políticos que llevan más de 30 años de «servicio público», en el peor de los casos la validación de un fraude. De la forma que sea, es importante señalar que a «La Nueva Mayoría», que de mayoría no tiene nada, jamás le interesó cambiar las cosas. Son por amplio margen los mejores y más eficientes administradores del legado de Pinochet.
2) ¿Y LAS REFORMAS CUÁNDO?
Para la pequeña elite econonómica que domina el país, si Chile está en «desaceleración» dirán que no se puede hacer ningún tipo de cambio, si Chile enfrenta una «fase de crecimiento» dirán que tampoco es el momento ya que no se debe «frenar el impulso». El punto es sencillo, los dueños del país jamás van a querer hacer que Chile sea un poco menos desigual. (La mitad del país gana menos de 300 mil pesos y está endeudado, somos el país más desigual de la OCDE y sin derecho ni a educación ni salud)
Ellos ganan dinero bajo todas las circunstancias. Después de todo, es la pobreza de la mayoría la que sustenta su estilo de vida. En Chile, como casi en ningún otro país, la clase dominante es increíblemente reducida. Pueden contratar y despedir personas a su antojo e invertir o dejar de hacerlo cuando lo estimen conveniente. Si a eso le sumamos que los políticos trabajan para ellos, que les pagan millones en sobornos para defenderlos y apenas dejan de ser «funcionarios públicos» se van derecho a trabajar con ellos, es «poco creíble» pensar que alguna vez legislarán en su contra.
3) SIGAMOS VOTANDO
De todas formas, y más allá de lo escrito acá, creemos que la solución definitiva es seguir votando en todas y cada una de las elecciones venideras. Es cierto que en 200 años no hemos logrado mucho, es más, podríamos decir que jamás habíamos estado peor. Pero estamos seguros que en unos 300 años podremos lograr las reformas que el pueblo se merece para que seamos un país más justo. Seguro que unos 400 años los políticos al fin representarán la voz del pueblo y en unos 500 años estaremos en condiciones para que la elite reduzca sus privilegios de manera voluntaria y sin poner mayores problemas.