El general (r) del Ejército Hernán Ramírez Rurange (76 años) se suicidó tras recibir una condena a 20 años y un día de cárcel por el Caso Berríos. El oficial se disparó en su casa en Las Condes y murió esta madrugada en el Hospital Militar, luego de que el martes se conociera su sentencia definitiva. Ramírez Rurange, condenado junto a otros 13 militares, recibió 10 años y un día de presidio por ser autor del delito de secuestro y otros 10 años y un día por asociación ilícita.
El Caso Berríos
Como señala El Mostrador, Berríos se graduó de Químico de la Universidad de Concepción, fue militante de Patria y Libertad, antes de ser parte de la DINA, allí estuvo a cargo del proyecto Andrea, a partir de cual experimentó con el gas sarín, que causa la muerte a través de parálisis neurológica, sigilosa arma utilizada en dictadura en los casos de la muerte del Conservador de Bienes Raíces Renato León Zenteno (1976), y el caso del cabo del miembro del Ejército y agente de la DINA Manuel Leyton (1977), entre otros.
El químico estuvo implicado en el asesinato de Orlando Letelier, cometido el 21 de septiembre de 1976. En la muerte del ex Presidente Eduardo Frei Montalva y el envenenamiento de prisioneros políticos, en 1981. Y por último en la muerte del diplomático español Carmelo Soria, en julio de 1976. Eugenio Berríos no mantenía un bajo perfil, en reiteradas ocasiones se denominó como «el químico de Pinochet», que podía causar la muerte con una sola gota de su fórmula. En plena transición, en octubre 1991, el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Adolfo Bañados citó a Berríos a declarar en la investigación del asesinato Letelier, lo que fue un problema para los pinochetistas, ya que Berríos al ser civil no estaba bajo los pactos de silencio de la institución.
Esta habría sido la razón por la que la Dirección General del Ejército decide sacar a Berríos fuera de Chile. «El 26 de octubre de 1991 militares chilenos en colaboración con sus pares uruguayos sacaron a Berríos de Chile, trasladándolo a Montevideo, Uruguay por medio de Río Gallegos, Argentina. En 1991, la DINA creó una unidad con la misión específica de sacar a Berríos de Chile». Durante 1992, Berríos residió en Montevideo, bajo vigilancia constante de militares chilenos. En noviembre 1992 fue trasladado a la propiedad del capitán Jaime Torres Gacitúa, en Parque de Plata, Uruguay, ese mismo mes el químico llamó al Consulado de Chile y pidió la documentación necesaria para regresar a Chile, se escapó de la casa de Parque de Plata y solicitó ayuda en una comisaría policial.
Tras ser entregado al teniente coronel Tomás Cassella, jefe de Operaciones de Contrainteligencia, Berríos siguió viviendo como prisionero otros tres meses. Finalmente fue ejecutado en la playa de El Pinar, Uruguay, sus restos fueron descubiertos en abril del 1995 y mostraron evidencia de fracturas craneales como consecuencia de dos entradas de bala. Pruebas de ADN confirmaron que los restos correspondían a Berríos.
1) PUNTA PEUCO LEJOS DE SER UNA CÁRCEL ERA UN HOTEL, Y AÚN ASÍ ESTAS RATAS NO AGUANTARON