Un artículo de The Clinic reveló nuevos documentos que confirman que la Iglesia chilena encubrió a sacerdotes pedófilos. A través de cartas, el Cardenal Errázuriz entregaba instrucciones respecto a las graves acusaciones por abuso sexual que recaían en el entonces vicario Diego Ossa. El mismo Errázuriz también le recomienda a Karadima la manera de presentar la decisión de traspasar el mando de su Parroquia. Los documentos contradicen la postura que ha mantenido el Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, quien hasta ahora jamás ha reconocido la responsabilidad de la Iglesia.
Una de las cartas que recibió la defensa de las víctimas de Karadima, da cuenta del rol que tuvo Errázuriz dentro de toda la historia. En la misiva, de una carilla de extensión, con fecha 18 de julio de 2010, le escribe a Ossa para darle instrucciones de cómo se deben explicar los pagos que se entregaron a Osbén. En su primer párrafo, la carta de Errázuriz, que está en poder de la defensa de las víctimas, se refiere a esta situación: “Entre tantas cosas urgentes, no había tenido el tiempo tranquilo para dar respuesta al envío que me hiciste de los email y del largo relato del Sr. Osbén, en el cual habla tan bien y tan mal de ti”, comienza la misiva. “Te escribo ahora para agradecértelo. Después de conversar contigo, esperaba encontrar entre las comunicaciones alguna palabra del Sr. Osbén con la cual se desdijera de sus afirmaciones, pero al parecer no existe”, agrega.
En los párrafos siguientes dice: “Seguramente recuerdas mi proposición para hacer más verosímil tu versión: que el dinero entregado era una obra de misericordia, y no una medida para acallar a un denunciante”, escribe Errázuriz en la carta que lleva el logo del Arzobispado de Santiago y su firma al final con un lápiz de color azul. En la segunda carta, Errázuriz le atribuye cualidades de “santo” a Karadima, pese a que ya conocía, desde hace al menos dos años, las denuncias que pesaban en contra del poderoso sacerdote.
“Quiero alentarlo de corazón a dar un gran paso, un salto en la fe. Usted quiere ser santo, y así lo han hecho los santos. Le han agradecido a Dios todos los encargos recibidos y las seguridades que Él les otorgaba con sus amigos y sus trabajos, pero no han dudado en dejar en sus manos, con entera libertad, los cambios que su Obispo les pedía. De corazón lo animo a dar este salto en la fe, en la confianza, en la esperanza y en el amor. Usted comprobará cuánto crece su libertad interior y su abandono en las manos de Dios, como también su capacidad de orientar a otros sacerdotes diocesanos, cuando imite a la Virgen María que dejó Nazareth para ir donde su prima Isabel, que dejó Nazareth para dar a luz en Belén. Que dejó Israel para ir a Egipto, y que dejó la Tierra Prometida, cuando partió con Juan a otros lugares y llegar probablemente a Éfeso”.
¿LA IGLESIA PROTEGIENDO A PEDÓFILOS? JAMÁS LO HABRÍAMOS IMAGINADO…..