Es habitual escuchar que nos encontramos viviendo en pleno 1984 de George Orwell. Desde que saliera a la luz que el gobierno norteamericano espía a millones de ciudadanos a través de sus llamadas o de sus redes sociales, las comparaciones con el Gran Hermano de Orwell son inevitables. Sin embargo, en 1985 el sociólogo y crítico cultural estadounidense Neil Postman propuso una visión algo distinta en «Divirtiéndonos hasta morir», un ensayo sobre la posible vigencia del 1984 de George Orwell en el mundo contemporáneo.
En la introducción del libro, Postman afirma que el mundo actual se parece más a «Un mundo feliz» de Aldous Huxley»que a la distopía planteada por Orwell en 1984. Frente a un futuro de gobiernos totalitarios y de estados policiales que coartan las libertades individuales, censuran la información, ocultan la verdad y amenazan con castigos, estamos en un mundo donde los ciudadanos han sacrificado voluntariamente sus derechos, han perdido el interés por la información o por la verdad y se han entregado a una cultura trivial y obsesionada con el placer. Postman llega a comparar el soma con la televisión, lo que hoy en día seguramente puede ser aplicado a otros medios.
En el año 2009, el dibujante Stuart McMillen hizo una adaptación del prólogo de Postman al formato cómic usando algunos de los textos originales del ensayo. Las comparaciones entre las perspectivas de ambos escritores no dejan lugar a dudas: estamos viviendo más en el mundo de Aldous Huxley que en el de George Orwell.