El ordinario y matonesco ex ministro de salud del «Gobierno de los Mejores», Jaime Mañalich, que ya tiene antecedentes de amenazar a periodistas cuando le preguntan cosas que no quiere, armó un escándalo luego que la nueva conductora de Estado Nacional, la periodista Andrea Aristegui, le pidiera argumentos y respaldo a una ridícula aseveración que realizó. The Clinic relató como fue su berriche y su renuncia a TVN tras pantalla:
El médico, que cuando se presentó el domingo en el programa dijo que él era un “técnico” no experto en política y que representaba la visión de la gente común, afirmó, cuando se discutía el destino de la quina de fiscales nominado por la Corte Suprema para suceder a Sabas Chahuán, que Luis Toledo, quien llevó la indagación sobre el caso Caval hasta que pidió su reasignación, figuraba en la lista por una conspiración entre el Gobierno y el máximo tribunal para enterrar la indagación respecto de la compra de terrenos en Machalí de la nuera de la jefa de Estado, Natalia Compagnon.
Aristeguí le pidió antecedentes sobre la acusación y éste espetó que se trataba sólo de “sentido común”. La profesional retrucó que esa frase podría ser cualquier cosa y que una imputación así de grave requería de alguna prueba, en especial porque la presentación de una postulación a ser fiscal es voluntaria. El diálogo entonces, subió de tono: -Tú eres nueva acá, a mí me invitaron para dar mi opinión y estoy dando mi opinión-, dijo Mañalich. Aristegui le respondió: “y yo estoy aquí para hacer las preguntas”. En la primera tanda comercial del programa, Aristegui recibió, según relataron testigos a The Clinic Online, la furia de Mañalich.
Éste se encontraba descolocado porque la periodista lo cuestionó en pantalla y arguyó que se habían perdido los equilibrios en Estado Nacional tras la salida de Lavín. “Este programa giró hacia la izquierda. Se perdió la imparcialidad y la prudencia”, adujo el exsecretario de Estado que acusó a la profesional de ser una operadora de La Moneda cuando el espacio se encontraba en comerciales. Lo que siguió fue aún más rudo. Mañalich aseguró que la profesional era la “cuarta panelista de la Nueva Mayoría” y ésta le pidió que le dijera cuál se suponía que era su militancia. -Eres una persona de izquierda y se nota… basta con seguirte en twitter. No hay garantías de imparcialidad-, prosiguió Mañalich. El programa entonces volvió al aire. La tensión era evidente. En la segunda tanda comercial, Mañalich volvió al ataque.
Sobre qué ocurrió, hay dos versiones. Una consigna que Mañalich insistió en que ahora “estamos 4-2”, haciendo referencia al resto de los panelistas que participan domingo a domingo. La frase supone que la periodista actuaba en la misma línea con Francisco Vidal, Eduardo Saffirio y la presidenta de la CUT Bárbara Figueroa; mientras que él estaba solo con el cientista político de la UDI, Gonzalo Muller. En este punto, ya habría advertido que se iría. La otra versión apunta a que dijo todo lo anterior, y además provocó a Aristegui diciendo “Anda a pedir mi renuncia, anda, porque esto va a ser público”, ante lo cual ella habría dicho que no era su estilo pedir despidos. Todo ello ocurrió ante cerca de 20 personas entre camarógrafos, técnicos, otros periodistas del programa y los panelistas.
1) LOS FACHOS ESTÁN ACOSTUMBRADOS A HABLAR WEÁS, SIN EL MÁS MÍNIMO RESPALDO Y QUE NADIE LES DIGA NADA. POR SUPUESTO, AL SER CUESTIONADOS NO SABEN COMO RESPONDER YA QUE NO TIENEN ARGUMENTOS
2) MÁS PERIODISTAS QUE EMPLACEN Y CONTRAPREGUNTEN A LOS ENTREVISTADOS, MENOS SERVILISMO Y RELACIONES PÚBLICAS. POR FAVOR