El empresario Nicolás Ibáñez, Pinochetista declarado y fanático religioso, luego de aparecer involucrado en la Colusión de los Supermercados, mediante una carta publicada por El Diario Que Miente, fiel a la costumbre de la burguesía de no reconocer jamás sus delitos, aseguró que «todo era un montaje del Gobierno para desprestigiar a los empresarios», haciéndose el weón, por supuesto, con los correos electrónicos que reveló la Fiscalía que evidencian la colusión.
«Somos empresarios responsables de cumplir con la ley, la ética y las buenas costumbres y orgullosos de aportar nuestro esfuerzo en bien de la patria. Por lo anterior, rechazo el procedimiento usado por la FNE y el Ministro de Economía (…) de notificar y ventilar estos temas a través de la prensa con un claro intento de aprovechamiento político. Es inaceptable el intento del Gobierno, a través de esta maniobra inconducente y claramente mediática, de tratar una vez más de desprestigiar a los empresarios».
Más allá de esto, vale la pena recordar su amplio prontuario de corrupción e inmoralidad. (no se puede esperar otra cosa de un Pinochetista fanático religioso). Entre los que se incluye, apoyar al sacerdote pedófilo John O’Reilly, financiar al falso liberal Axel Kaiser e incluso golpear a su señora, y comprar periódicos al por mayor para esconder la noticia.
DEFENSOR DE PEDÓFILOS
En el año 2013, y mientras el sacerdote pedófilo John O’Reilly era formalizado por abuso sexual contra un menor de 6 años, Nicolás Ibáñez afirmó que: «era un hombre esencialmente sano, no es un tipo raro ni beato, es una persona sana que se ha dedicado a trabajar por el bien de Chile». Pero no sólo eso, Ibáñez, fue una de las 1.084 personas que le entregaron su apoyo por escrito al sacerdote, a través de un inserto pagado en los diarios La Tercera y El Mercurio, donde defendieron la labor hecha por O’Reilly, rechazando las acusaciones formuladas en su contra.
FINANCISTA DE AXEL KAISER
A través de la Fundación para el Progreso, Ibáñez, junto con El Mercurio, han sido los principales financistas de los libros del falso liberal Axel Kaiser. Ojo con la definición de esta “liberal” fundación: “La Fundación para el progreso Jean Gustave Courcelle-Seneuil (FPP) es un centro de estudios de inspiración liberal clásica ubicado en Santiago de Chile. Desde sus inicios en 2012, trabaja por las ideas e instituciones que han favorecido el progreso de la sociedad y –lo esencial y más importante– la libertad y la dignidad de las personas.
LE PEGABA A SU SEÑORA Y COMPRÓ MILES DE DIARIOS PARA ESCONDERLO
Una nota de The Clinic rememora el hecho. La historia pública de Nicolás Ibáñez está llena de éxitos y reconocimientos. Se lo conoce como un empresario ordenado, influyente y que instruye a sus trabajadores a seguir los mandamientos de Dios. Pero hay también otro relato sobre la personalidad de este empresario que está contenido en la causa 397-2000. En agosto de ese año, su esposa, María Carolina Varela, interpuso una demanda en su contra por “hechos de violencia” ante el 30º Juzgado Civil. “La violencia de que me ha hecho víctima el denunciado comenzó hace ya largo tiempo (…) Me ha agredido física y sicológicamente”, relató la mujer en la causa.
En tres oportunidades, María Carolina Varela dejó constancia ante Carabineros de la 47ª Comisaría de Los Domínicos de las agresiones de que era víctima. En una de ellas, fechada el 14 de julio de 2000, se puede leer: “En circunstancias que teme a la reacción de su cónyuge, ya que éste la agredía física y sicológicamente desde el inicio de su matrimonio, insultándola con palabras groseras frente a sus tres hijos, cerró el domicilio y cambió la chapa de la puerta principal”. Ibáñez negó en al menos tres oportunidades haber golpeado a su mujer. En el proceso, sin embargo, consta la descripción de un episodio de violencia narrado por la madre de María Carolina, Cecilia Noguera Echeñique, quien declaró como testigo. El 6 de octubre de 2000, ésta mujer cuenta una escena que le tocó presenciar junto a su marido, “hace quince años atrás”, en una cena familiar de Año Nuevo. Según relata, ella y María Carolina estaban en la cocina. De pronto entra Ibáñez, “y pesca a mi hija, la saca del pelo, arrastrándola por la alfombra del comedor (…) Este hecho fue para nosotros una muerte en vida”, afirmó Cecilia Noguera.
A poco de conocer la causa, el 16 de agosto de 2000, la jueza María Eugenia Campo resolvió concederle protección policial a María Carolina Varela y a su grupo familiar, “velándose por la seguridad física como sicológica de éstos de cualquier eventual acto de agresión proveniente del demandado don Nicolás Cirilo Ibáñez Scott, restringiéndosele a éste el ingreso al hogar de la demandante”. Dos meses después, la magistrado reiteró las citadas “medidas precautorias” en favor de Varela. Para rematar la historia, Ibáñez gastó millones en comprar la mayor cantidad de periódicos posibles cuando supo que La Nación Domingo hizo una nota sobre estos abusos.