En el proyecto de ley presentado por el gobierno para despenalizar el aborto bajo 3 causales, riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación, la ex ministra del Sernam, Laura Albornoz, mediante una carta abierta publicada por The Clinic, apuntó a la inminente caída de esta última por culpa de la DC, y el lobby conservador realizado por los siempre repugnantes Soledad Alvear y Gutenberg Martínez.
Las mujeres somos sujetos de derecho. No nos podemos seguir ganando espacios desde la óptica de que nos pegan, que nos maltratan. Necesitamos una vida libre de violencia, de abuso, una vida donde no nos penalicen cuando nos violan (…) Las mujeres no se practican un aborto por deporte, no los utilizamos como método anticonceptivo. Mi experiencia fue dolorosa, pero no digo que sea el caso de todas las mujeres, si hay algunas que no lo vivieron así, está bien. De hecho, hay mujeres que ven el aborto como una liberación, porque tienen condiciones apremiantes, situaciones económicas insostenibles, en fin, hay muchas situaciones diversas. Todas las mujeres son distintas, no nos pidan que reaccionemos igual. Es ridículo pensar que todas tenemos instinto maternal, que todas queremos ser madres. Reconocer nuestras diferencias es cómo tenemos que avanzar en el ejercicio de nuestros derechos. Este país todavía cree que todas somos iguales. Todas femeninas, todas madres.
El aborto es un derecho. No puede existir ninguna moral que impida debates democráticos. Es un debate en el que tienen que participar las mujeres, y es un derecho que a lo menos exige que no seamos penalizadas bajo ninguna circunstancia por la realización de un aborto, en particular en estas tres causales. Inicialmente, el debate sobre el aborto logró ser instalado porque hubo una voluntad política del Ejecutivo como nunca había existido en los gobiernos en democracia. Pero luego, ante la acción de freno que hubo de las mismas autoridades, este proyecto también resultó ser una víctima al igual que las otras reformas. El freno acá es político, no cultural. Las responsabilidades y las voluntades, son políticas.
Sé que mi partido tiene responsabilidad, especialmente los integrantes de los poderes fácticos que han trabado la discusión del aborto. Particularmente Soledad Alvear, Sergio Micco -aunque de forma más silenciosa- y ciertos sectores que los apoyan al interior del partido, pero que cada vez son menos. Que Ezzati le haya entregado a Soledad un premio por ser defensora de la vida, me tiene sin cuidado. Si Ezzati me reconoce algo, yo no me atrevería ni siquiera a jactarme de eso. La exsenadora, que por algo no fue re elegida, tiene una posición en extremo conservadora y lleva ese extremismo a un debate de poco diálogo. Y no lo digo para denostar a quien piense distinto a mí, lo hago para transparentar. Soledad Alvear ha estado encabezando la posición conservadora de ir en contra de todo lo que alguna vez defendió Frei Montalva, que en los 60 estuvo a favor de dos de las tres causales que hoy promueve el proyecto del gobierno y nos impide abrir el debate más amplio.
Soy pesimista con respecto a la discusión del aborto el próximo año. Yo creo que la causal de violación se va a caer y es terrible. Para mí, de hecho, es la más justificada que todas. Yo sigo siendo DC y sigo creyendo en sus principios y apoyo el aborto en las tres causales. Es necesario que las personas sepan que las mujeres organizadas de la democracia cristiana no piensan como los conservadores que representan Soledad Alvear y Gutenberg Martínez. Uno no puede ostentar tener una vida pública bajo ciertos parámetros y en privado tener otra vida a escondidas. Hay que ser consecuente. Por eso es tan importante declararme feminista, he intentado hacer una vida consecuente con los derechos de las mujeres y aplicándolo a mi vida cotidiana.
¿Qué sentido tiene votar por la Nueva Minoría si la DC seguirá en la coalición? Son tan fachos, conservadores y pro empresarios como la ultraderecha