En una miserable entrevista para El Líbero, la página más facha jamás creada, (su dueño es Gabriel Ruiz-Tagle, el mismo UDI de la Colusión del Confort y que tiene un amplio prontuario delictual), sin quererlo, dejó en evidencia la falsa libertad que promueve el no-pensador de la ultraderecha, dejando en evidencia que tras su ideología supuestamente «liberal», sólo se esconde el fascismo y la defensa más pura a los intereses de la elite. (Por algo lo financian empresarios coludidos). Parte de la entrevista señala:
La razón intelectual por la que doy esta batalla es porque soy un convencido que si uno no cambia el clima de opinión de un país la hegemonía cultural hacia las ideas de la libertad el país no tiene ningún destino (…) Porque el principio que anima a todo el proyecto de la izquierda siempre ha sido, partiendo por la Revolución Francesa, la igualdad. En nombre de la igualdad se han cometido los peores crímenes y atrocidades, se han arruinado las vidas de millones de personas, y es una idea atractiva, magnética, poderosa pero que no resiste un análisis muy de fondo. Apela a ciertos instintos humanos, que como se encausan como se pretende ahora, son destructivos, porque busca que nadie sobresalga ni se destaque sobre otros. Ese instinto que tiene relación directa con la envidia, cuando se instala como fuerza en la discusión y las políticas públicas y económicas arruina los países.
Es una idea que se ha instalado progresivamente. (el igualitarismo) Este gobierno la llevó a su clímax pero viene instalándose hace mucho tiempo. El camino igualitarista es un camino estatista y ése es el de la ineficiencia, corrupción, despilfarro, la destrucción de las libertades y eso no permite que las personas y los países salgan adelante. Creo que (el igualitarismo) es reversible, que es difícil pero podemos salvar a Chile del mito y la falacia de la igualdad, que ha metido una elite de intelectuales y políticos de izquierda que viven entre los más privilegiados del país y que también han utilizado el mantra de la igualdad para servir sus propios intereses y ambiciones y su propio lucro. Todo eso lo podemos exponer y arreglar en la medida que le mostremos un camino alternativo y tengamos la pasión y convicción de hacerlo.
Es un error tremendo (la gratuidad en la educación) porque valida la postura de fondo de la izquierda, que es la educación gratuita universal. Lo único que discuten es en los detalles técnicos de la implementación. La derecha pasa a ser como la izquierda, pero mucho menos lanzada, más conservadora y timorata. Es la sensación que queda y no propone plan alternativo y no está dispuesta a asumir ningún costo. Creo que políticamente es un error. Está claro que la derecha se equivocó en la reforma tributaria, porque perdió todo el capital que podría haber cosechado de ahí y haberle dejado a la izquierda que se equivocara sola.
Uno no puede caer en la trampa conceptual de que hay derechos sociales. Los derechos sociales son un mito, no existen, un derecho social es un derecho a la plata de otro. Y le ponen el nombre social, que es un concepto fácil de vender, a algo completamente antisocial porque es convertir a cierto grupo de personas en proveedores ilimitados de recursos para otros grupos de personas, los que, a su vez, se transforman en dependientes del asistencialismo estatal con el que nunca salen adelante, y entre medio el que reparte se lleva la mejor parte. No hay nada más antisocial que eso.
Cuando uno analiza lo que pretenden los refundadores de Chile, que quieren hacer la nueva Constitución, y los ves tan alineados con la agenda del Foro de Sao Paulo, lo que ocurrirá será un desorden generalizado en Chile, en que habrá más conflicto y polarización porque una Constitución define las reglas de todo el mundo y todo el mundo tiene ideas distintas de cómo deben ser las reglas. Al final, o se impone una visión o no se llega a ningún acuerdo. La nueva Constitución es una receta perfecta para que se agudice la conflictividad en el país. Creo que eso es algo que algunos buscan a propósito. Al final de este camino dónde veo a Chile, en un peor lugar que hoy. No me cabe ninguna duda de que la Constitución que salga, si se llega a hacer, de un proceso tan bananero como el propuesto, será una Constitución mucho menos libertaria y hará de Chile un peor país, no tengo ninguna duda.
Tomás Jefferson, padre fundador de EE.UU. dijo que el bien común se persigue de la mejor manera dejando que cada persona siga sus propios fines a su propio modo. Por lo tanto, el bien superior en cualquier sociedad es la libertad. La libertad individual debiera ser el norte polar de todo proyecto político. Sin libertad individual ya sabemos lo que tenemos, y eso es lo que voy a defender siempre a pesar de que a los grupos de interés no les conviene.
Creo que la izquierda tiene una visión de la libertad equivocada, que está mal, en sus fundamentos es incorrecta y tienen pocos conocimientos de la economía. No saben cómo funciona la economía y no les interesa, que es lo peor de todo. Entonces cuando vienen ciertas críticas, por muy bien intencionadas de la izquierda, te das cuenta que hablan de un lugar en que no entienden códigos de comprensión fundamentales. Por ejemplo, que los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas, el abc de la economía, y que tú para satisfacer necesidades a través del estado, si ese es el rol que se desea cumplir, tienes que crear los recursos, y entonces no puedes tener impuestos muy altos que desincentiven el crecimiento económico.
1) ¿Los pobres le quieren robar a los ricos? Toda la vida ha sido al revés. Sin ir más lejos, los actuales privilegios económicos de la elite lo consiguieron a través del desfalco al Estado realizado en dictadura, donde se violaron todos los derechos de la mayoría para beneficiar a la minoría
2) ¿Tiene la misma libertad un lustrabotas que Luksic? Como todos los fascistas de ultraderecha, el discurso de la falsa libertad lo utilizan para esconder la evidente desigualdad generada por el sistema económico. El cual no tienen la más mínima intención de cambiar ya que los beneficia
3) Como ya lo mencionó Guarello, que hizo pico las posturas ideológicas de Kaiser, el liberalismo que promueve no tiene el más mínimo sustento racional. Sólo es otra herramienta más de la elite para defender sus intereses