Algunos dirán que hay que quemarlo con su dueño Agustín Edwards adentro, otros se opondrán alegando que es el mejor diario para encender asados, envolver pescado y limpiarse el poto cuando falta confort. Pero para tomar en consideración, El Mercurio es un diario periódico que lleva más de 100 años conspirando contra el pueblo. Estamos hablando de un pasquín que no le interesa lo más mínimo informar, y cuyo único interés es dar forma a la opinión pública según los intereses del poder. Basta recordar que en menos de 3 meses, se han opuesto a la anulación de la sobornada Ley Longueira, se opusieron a las Farmacias Populares y defendieron a las AFP tras sus millonarias pérdidas.
Una postura menos drástica sería crear una Ley de Medios que garantice que todas las opiniones tengan representación en la prensa y no sólo la reaccionaria voz de la ultraderecha. Y es que gracias a la dictadura, el monopolio de los medios de comunicación a manos del fascismo es total y absoluto. Donde para peor, los gobiernos de la Concertación/Nueva Mayoría no sólo no se molestaron en desarmar, si no que para peor, potenciaron cerrando los pocos medios «no de derecha» que quedaban, y dándole a la prensa burguesa grandes sumas de dinero a través de publicidad.
La última vergonzosa editorial metiendo miedo con el humor político es la guinda de la torta. Son los últimos estertores de un diario muerto en una sociedad que está despertando, que cada día tiene menos miedo, que se cansó de ser cagados por la colusión político/empresarial y que simplemente ya les perdió el respeto. Hasta que logremos efectivamente cerrar El Mercurio, hasta que en verdad rompamos el monopolio ideológico que tiene la ultraderecha con los medios de comunicación, las redes sociales y los medios de información independientes son claves para informarse de verdad.