A propósito de las protestas por el alto valor del sistema de transporte, y mientras ahora tenemos a una gran parte de la sociedad carente de cualquier tipo de conciencia de clase, que de manera vergonzosa compara la evasión del pasaje con el robo, (algo absurdo considerando la pobreza estructural que existe en Chile), vale la pena recordar la llamada «Revolución de la Chaucha» realizada en el país hace 66 años. Instancia donde trabajadores, estudiantes y la clase obrera completa, se unió para protestar contra el alza de 20 centavos en el precio del transporte. Un artículo de G80 recuerda la historia:
Esta revuelta se desató ante una imprevista alza de la locomoción colectiva (de 20 centavos). Los estudiantes protestaron violentamente en las calles de Santiago, volcando e incendiando vehículos de la locomoción. A estas manifestaciones se sumarían los empleados y obreros representados por la JUNECH, quienes paralizarán sus labores en apoyo de estas
El lunes 15 de agosto DE 1949, el Director General de Transporte y Tránsito Público, general Oscar Reeves, decretó las nuevas tarifas de la locomoción pública. De 1 peso a $1,20 en los autobuses y tranvías, y a $ 1,60 los microbuses y trolebuses. Esto significa que el pasaje mas barato sube al menos en veinte centavos, esto es “una chaucha”, de ahí el nombre de la revuelta.
Hacia el mediodía del martes 16, los estudiantes copan el centro y muy pronto son reforzados por los obreros, y finalmente por el público en general. Esta alianza, tan explosiva como novedosa, desconcierta a la fuerza pública, que no sabe por dónde atacar y esta indecisión los pierde. Las multitudes se lanzan en una cacería de micros por todo el centro capitalino, como tribus de furiosos cavernícolas urbanos volcando manadas de mamuts motorizados. De las máquinas que logran traspasar el acoso, en Ahumada, frente al café “Do Brasil”, obreros y estudiantes encaramados a un edificio en construcción, las aplastan con piedras y ladrillos de la obra.
El día 17 Santiago amanece convulsionado. Las protestas desbordan el centro. Hay ataques a industrias llamando a dejar el trabajo y sumarse al motín. Marchas de estudiantes y obreros rompen los cercos policiales enarbolando el lema “Micros a un Peso” y las escasas máquinas que asoman la carrocería, son inmediatamente destruidas. Pasado el mediodía unos dos mil estudiantes desfilan por la Alameda exigiendo la rebaja de los pasajes. El paso de esta columna es aplaudido por unas 50 mil personas. El Gobierno entra en pánico. Los estudiantes tienen apoyo público y masivo.
La violencia llega a su cúspide cuando, atacadas dos micros detenidas frente a la céntrica librería “Zamorano y Caperán”, irrumpen carros blindados del ejército y abren fuego. Desde ese momento el carácter de la represión cambia. Los policías salen armados de fusiles, resguardando a las pocas micros que se atreven a trabajar, mientras los soldados disuelven a los manifestantes disparando fusiles y ametralladoras. Para entonces se habla de hasta treinta muertos y cientos de heridos.
El Presidente González Videla, que estaba en Viña recuperándose de una operación, vuelve a Santiago convencido de muñequear con la vieja táctica del palo y la zanahoria. El palo vendría de la solicitud Facultades Extraordinarias al Congreso; la zanahoria sería la anulación inmediata de las alzas a los pasajes, decretada el mismo miércoles 17. Aparentemente, la Revolución de la Chaucha ha triunfado. La culpa del alza recae en el Director de Transporte y Tránsito Público, quien sale despedido. La responsabilidad de los desmanes se le atribuye al hace un año clandestino, por la Ley Maldita, Partido Comunista.
- MIREN COMO LOS POLÍTICOS SE DEFIENDEN ENTRE ELLOS Y LOS EMPRESARIOS JUSTIFICAN SU CORRUPCIÓN. LA MINORÍA EXPLOTADORA ES LA QUE MÁS TIENE CONCIENCIA DE CLASE, SIEMPRE SE UNEN PARA DEFENDER SUS INTERESES
- SI USTED TIENE DINERO PARA PAGAR LA ESTAFA DEL TRANSANTIAGO HÁGALO. PERO NO CRITIQUE A QUIENES NO PAGAN. AL HACERLO QUEDA COMO UN TRAIDOR DE CLASE, UN VULGAR ASALARIADO QUE DEFIENDE A SU AMO Y NO A LOS SUYOS