Después de presenciar su vergonzosa conferencia de prensa, donde pese a toda la evidencia que existe de su corrupción no reconoció ninguno de sus múltiples delitos, (recordemos que hasta su familia boleteó para SQM) y donde más encima culpó al periodismo por las «filtraciones» y por «juzgarlo antes de tiempo», no sería para nada descabellado pensar que cometer suicidio, sea la salida más digna ante tamaña humillación pública.
Para reunir más antecedentes, recordemos que además de SQM, Longueira también está involucrado el financiamiento con boletas falsas del Caso Penta, las rectificaciones del BCI y en los sobornos de las empresas pesqueras para aprobar la ley de pesca que lleva su nombre. Es decir, estamos hablando de un delincuente con antecedentes, que sin duda alguna no puede estar libre ya que representa un peligro para la sociedad.
Por todas estas razones, lo mejor para Longueira, su familia y la UDI, es que, imitando a su gran amor Jaime Guzmán, con toda la plata que se robó contrate a un ingeniero mecánico, para que con palos y fierros le construya una máquina que dispare a determinada altura, y así pueda saltar y cabecear balas para acabar con su existencia tal como lo hizo hace más de 20 años su mentor gremialista. De esta manera, en vez de sufrir las humillaciones que enfrenta ahora, estará en el cielo en los brazos de su amado Jaimito.