En una gran muestra de renovación política, el enfermito de Joaquín Lavín, conocido por su estupidez, fanatismo religioso y por vivir en una burbuja, sería la carta de la UDI para postular a la Alcaldía de Santiago, luego de que sin asco alguno, bajara a su prima adicta a las pitanzas telefónicas.
Según señala el conglomerado ultraderechista, el gremialismo definirá a su postulante al municipio mediante una encuesta en menos de un mes. Pero tras la bajada de Cecilia Pérez, lo más seguro es que sea Joaquín Lavín el elegido a dedo.
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