Ignorantes fanáticos religiosos como Jacqueline Van Rysselberghe, José Antonio Kast, Issa Kort, Marisol Turres, Gustavo Hasbún. Corruptos empleados a sueldo de los empresarios como Daniel Farcas, Jaime Orpis, Claudia Nogueira, José Manuel Edwards, Fulvio Rossi, Ena Von Baer. Burgueses como Ignacio Waker, Andrés Zaldivar, Felipe Kast, Marcela Sabat.
Planteamos una pregunta seria. Si estos son los encargados de hacer las leyes del país. ¿Por qué mierda tenemos que obedecerlas? Más aún considerando que no tienen legitimidad alguna de representación ya que con suerte los «eligió» el 15% de la población. Todo rematado por un sistema de elección donde basta comprar un par de votos para salir electos ya que los intereses de la clase dominante se encuentan groseramente sobrerepresentados. Hagan lo que hagan, voten cuantos voten.
Este es, precisamente, el conflicto que se viene en todo el mundo. La crisis de la representatividad y el fraude la democracia. La gente en todo el mundo se está dando cuenta de que votar no sirve de nada, se está rebelando y la elite se está defendiendo como siempre lo hace, recurriendo a la represión transformando al país en estado de sitios encubiertos. En ese sentido, personajes tan mierda como Jacqueline Van Rysselberghe, no son más que el síntoma de esta enfermedad mal llamada «democracia».