A propósito de su renuncia a ser candidato por la alcaldía de Santiago. Es nuestro deber, como el medio de información serio y respetado que somos, recordarles que, además de vender los derechos de agua de Santiago a Aguas Andinas, Joaquín Lavín es un peligroso fanático religioso, al punto que se sacó los ojos en un ritual satánico del Opus Dei.
CHILE NO PUEDE TENER UN ALCALDE SIN OJOS. MENOS SI VENDE EL AGUA