En uno de los acontecimiento más graciosos del año, Ana Luisa Jouanne, la esposa de Jaime Orpis, se puso a llorar frente a las cámaras después que su marido delincuente fue notificado que quedaba en prisión preventiva. Y es que recordemos, el senador de la UDI recibía sobornos de todas las empresas que se le cruzaban por el frente, incluyendo 264 millones de pesos de parte de Corpesca, que la empresa le pasó por su gran trabajo en la aprobación de la Ley Longueira.
«La política se viene financiando así hace 26 años. Antes con un maletín, después con boletas. Nada es distinto. Yo pido que ojalá esto sirva para aclarar y sincerar esta situación y si no, que se les juzgue a todos con la misma vara».
“Yo apelo a la gente de buena voluntad más humilde que de verdad lo conoce (…) Pienso en los ministros y subsecretarios, en los miembros del Congreso, que saben que Jaime no es un peligro para la sociedad. Él jamás ha perdido su libertad. Tengo clara la cantidad de presiones que ha recibido durante todos estos años. Nunca ha vendido su conciencia”.
CON CADA LÁGRIMA DE ESTA SEÑORA, EL INMENSO CIELO PROLETARIO DE ILUMINA CON UNA NUEVA ESTRELLA