Los militantes de la UDI, y en general toda la clase alta chilena, además de ser delincuentes sin ninguna capacidad intelectual y que sólo conservan su posición gracias a todo lo que nos robaron durante la Dictadura de Pinochet, tienen en común que, como amantes de la ley del mínimo esfuerzo, se casan y procrean de manera incestuosa con sus primos y hermanos. Y por favor, no crean que estamos hablando en broma, es cuestión de ver que todos tienen los mismos apellidos.
Que se opongan al matrimonio igualitario pero que se casen entre primos y hermanos, entra en su lógica de «todo para nosotros nada para el resto», propia de mentes que se quedaron estancadas en la época de la colonización. Por eso mismo es que se oponen a todas las reformas por más mínima que estas sean, por eso es que no quieren bajo ningún punto «emparejar la cancha». Como hemos dicho anteriormente, saben que si todos tienen las mismas oportunidades, ellos siempre saldrán perdiendo.
El tema moral es aún menos importante para ellos. Y es que hagamos memoria. La UDI se oponía hasta que no hubiera diferencias entre los hijos legítimos y los «huachos» y se oponían también a la ley de divorcio ya que «atentaba contra Dios». Algo en extremo gracioso, considerando que una vez aprobado fueron los primeros en correr a separarse. La doble moral siempre ha estado impregnada en el ADN de la UDI. Por eso defienden los DD.HH en otros países pero en Chile quieren suprimirlos, piden mano dura para los pobres pero impunidad para ellos, y por eso es que lloran más por una simple figura de yeso, que por la ausencia de derechos básicos de las personas.