Cualquier persona que diga la brutalidad de «el que nada hace nada teme», para justificar el control de identidad, que no es otra cosa que el regreso de la detención de pobres sin sospecha de la dictadura, no sólo significa ser un repugnante ultrafascista chupafusil apologista de la dictadura. (no por nada la frase era muy utilizada por Pinochet), si no que también, significa que: O es un burgués de mierda que durante toda su vida vivió en una burbuja llena de privilegios, o es un pobre y triste weón que nunca salió a la calle y no tiene la más mínima idea de como funciona mundo real. Para ambos casos, tomen como referencia al falso cristiano de Claudio Orrego, un carajo de persona que va a misa a puro dormir.