Puede que un principio hayan tenido cierto debate moral interno sobre el dilema ético que significa traicionar al pueblo y venderse al poder. Pero claramente, con la platita en el bolsillo, están de lo más contentos por la vida desinformando, criminalizando e intentando hacer a las personas cada día más idiotas e ignorantes. (Los «noticieros» son grandes pruebas de esto)
Los medios de información son los crean la realidad. Dicen a quien hay que odiar y cuales temas son los importantes. Son los que les dan más importancia a una figura de yeso rota que al robo legalizado de las AFP. Por lo tanto, no es un tema menor que existan tantos periodistas vendidos, ya que son los altavoces directos del poder.
¿Cómo mierda pueden vivir con la conciencia tranquila mostrando memes y videos de gatitos mientras no muestran las huelgas que se desarrollan en el país? ¿Cómo cresta concilian el sueño criminalizando la pobreza mientras ignoran y no hablan sobre los delitos de cuello y corbata?. Por un mínimo de verguenza ajena, deberían dejar de llamarse «periodistas» y transparentar que sólo son relacionadores públicos.
“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y poner piedras en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa” – Horacio Verbitsky