¿Sirve ponerle nuevos dedos a una persona con las manos gangrenadas? ¿Sirve construir un segundo piso en una casa inhabitable que se cae a pedazos? Crear una AFP Estatal, para combatir el robo legalizado de las AFP, sigue la misma lógica absurda. Tan absurda, que es una idea apoyada hasta por el creador de las AFP, el desquiciado de José Piñera.
Que Bachelet promueva esta imbecilidad no sorprende, estamos hablando de la más eficiente defensora del sistema neoliberal el último tiempo. La misma que en campaña prometió reformas estructurales, pero que en su afán por no tocar los intereses de la elite realizó reformas que no son reformas, aprobando incluso brutalidades como la Reforma Laboral que es un retroceso a lo que ya existía.
Lo que muchos no entienden, (o por intereses no quieren entender), es que las AFP son un sistema quebrado que no da para más. Fracasaron en dar pensiones dignas no sólo porque sean malas, sino que por algo mucho más simple, nunca fueron un sistema de pensiones, sino que una forma de financiar a los grandes grupos económicos.
Crear una AFP Estatal no soluciona en nada el problema, muy por el contrario, termina por validar esta verdadera estafa piramidal. Además, es irrisorio pensar que el Estado administrará mucho mejor nuestras jubilaciones, y es que con los políticos comprados por los empresarios, a ninguno le interesa hacer enojar a sus verdaderos jefes. Para ellos el Estado es sólo un puente para hacer contactos. Vienen de la empresa privada, seguirán en la empresa privada cuando dejen de estar en el Gobierno, en ese chiste que algunos llaman «vocación de servicio público».