El dinero por si mismo no sirve de nada, es sólo papel estampado, lo que importa son las cuotas de poder que se pueden adquirir con él. En este contexto, imaginen a un multimillonario como Andrónico Luksic, un tipo que tiene tanto dinero que literalmente es el dueño de Chile: ¿Qué le queda por hacer para demostrar y jactarse de su poder? Realizar cosas que la mayoría de nosotros jamás podríamos hacer, como por ejemplo, subir la montaña más alta del mundo.
En el año 2004, fue noticia nacional que Andrónico Luksic alcanzó la cima del monte Everest. Y fue en ese mismo instante, en que surgió el rumor de que Luksic le había pagado a un sherpa para que lo subiera a lapa, (algo que hacen si les pagas). Nadie lo publicó, nadie preguntó. Pero el mito creció rápidamente de boca en boca. Más que seguro, acostumbrados a las traiciones, algún otro chileno millonario lo delató. ¿Qué tan cierto será el rumor? A menos que Ciper vaya a Nepal a investigar, jamás sabremos la verdad a ciencia cierta, sin embargo, reflexionemos un poco.
La primera evidencia que le juega en contra a Luksic es su estado físico. Y es que tomando en cuenta que en el año 2004 no era ni de lejos el cerdo mórbido y deforme que es actualmente, comprenderan que alguien de 50 años y que nunca trabajó en su vida, no se encuentra para nada en las condiciones físicas mínimas aceptables para el reto sobrehumano que significa escalar la montaña mas alta del mundo. La segunda evidencia es aún más sencilla y predecible. Teniendo mentalidad capitalista, si tienes dinero para pagarle a alguien para que te suba a lapa: ¿Por qué subirías tu solo?
Luksic, como vimos en el patético video que sacó tras sentirse ofendido, (y que nosotros subtitulamos como que «era ver sangrar a Dios»), tiene como debilidad la extrema preocupación que tiene sobre lo que las personas opinen de él, (y por algo ahora tiene a todo un equipo de publicistas lavándole la imagen en twitter) ¿Les parece tonto que a un multimillonario le preocupen cosas tan básicas? No lo es para nada, y es que cuando se tiene tanto dinero, son las cosas más básicas las que les quitan el sueño a estos tipos. Ya que precisamente, son esas las que no pueden comprar como están acostumbrados. Incluyendo pagarle a un sherpa para autoengañarse y contarles a todos que «subiste el Everest».