El diputado ultraderechista de Evópoli Felipe Kast, el mismo cuyo lema era «100% social» y fue financiado en un 99% por aportes reservados, jactándose de su endogamia, bajó con su familia de cabellos dorados desde la cota mil hacia donde vive y trabaja el pueblo, para mostrarle a sus hijos, futuros oligarcas explotadores, como vivían «los rotos».