Si, sabemos perfectamente que estos «platos» son comunes en los restaurantes más elegantes del mundo, (no por nada el Boragó está dentro de los mejores 50), lo que no quita el hecho de que como proletarios que somos, consumidores habituales de pizzas, completos, pollos asados, papas fritas y pan con palta, nos caguemos de la risa al no entender como mierda puede haber gente que pague (y bastante caro) por «comida» que ni siquiera te tapa una muela. Algo que en el fondo, no es otra cosa que una nueva muestra de la brutal desigualdad social del país.
- Quizás a esto apuntaba el recetario de comida para pobres de Lavín. Un visionario