Luego de insultar a la vecinos de La Legua, motivo por el cual se ganó un voto de censura de parte del diputado Giorgio Jackson, y más encima proponer sacar los militares a la calle para combatir el narcotráfico, el Comité de Defensa y Promoción de Derechos Humanos de La Legua, exigió la salida del Diputado ultraderechista Daniel Farcas (PPD), de la presidencia de la Comisión investigadora de Barrios Críticos. A través de un comunicado, detallaron:
En octubre de este año la Cámara de Diputados aprobó la creación de una Comisión Especial Investigadora con el objetivo de recabar antecedentes acerca de las intervenciones estatales en los llamados “barrios críticos” de Santiago. Se trata de una instancia inédita, pues las acciones del Estado en estos lugares, caracterizados por la precariedad, la violencia policial y la vulneración de derechos que sostienen las condiciones mínimas de una vida digna, nunca habían sido debidamente fiscalizadas por los propios organismos estatales.
La Comisión comenzó a funcionar en noviembre y a la fecha ha realizado tres sesiones. Si bien, uno de los requisitos para cumplir con los objetivos planteados, tiene que ver con escuchar a los distintos actores involucrados y así asegurar la realización de un trabajo responsable, nada de eso ha sucedido bajo la presidencia del diputado Daniel Farcas (PPD). Por el contrario, el diputado Farcas ha tenido un actuar errático y carente de responsabilidad. Entre los hechos protagonizados por el diputado cabe destacar los siguientes:
Decidió realizar una sesión de la Comisión en la población La Legua. En esta oportunidad, no solo se montó un show mediático bajo una intensa vigilancia policial, sino que además no tuvo la deferencia de realizar un trabajo previo de escucha, sobre la realidad de la población, ni con los pobladores y pobladoras, ni con las organizaciones vinculadas hace años al trabajo social en La Legua. Asimismo se excluyó de la sesión a gran parte de las organizaciones, y aquellas pocas que pudieron participar vivieron momentos de tensión al interior. Una de las invitadas reclamó porque no se le advirtió que participaría la prensa, dejándola como una “sapa” ante sus vecinos, mientras otro de los invitados fue agredido verbalmente por el diputado Farcas, quien le impidió que continuara su exposición
En la sesión del 19 de diciembre se invitó a diversas organizaciones de la población, pero solo se les permitió exponer por un lapso de ¡8 minutos! Nos parece impresentable convocarnos para dar nuestra opinión en un tiempo tan breve y que se nos critique por no presentar “propuestas de políticas públicas”. Además, su actitud frente a los expositores es agresiva, interrumpió a nuestro representante para llamarle la atención por lo que había dicho y de gran indiferencia, pues prefirió colocar atención en su celular y no en el relato entregado por un poblador invitado a la sesión.
El 10 de diciembre la prensa informó que el diputado Farcas habría recibido amenazas serias de presuntos traficantes de La Legua a propósito de la sesión que se realizaría en esa misma población. Sin embargo, al ser inquirido a denunciar el hecho, no dio respuestas, y a la fecha no ha puesto una denuncia que pueda iniciar una investigación penal. Es decir, el diputado acusó estar siendo víctima de un delito, pero no hizo nada para que éste fuera investigado. Este hecho no solo resulta curioso, viniendo de un diputado que hace de la “seguridad” una de sus banderas, sino que resulta indignante pues solo logra fomentar la estigmatización histórica sobre la población, vulnerando y adicionando violencia a una cotidianidad hipotecada por su transgresión.
Como Comité de Derechos Humanos consideramos que el actuar equívoco, dañino e irresponsable del Diputado Farcas no entrega ninguna garantía de transparencia, deferencia y confianza para encabezar está instancia. Esto es de gran gravedad, pues estamos ante una Comisión, que tiene la posibilidad histórica no solo de conocer el fracaso de una política pública que durante 15 años ha violado los derechos esenciales de las personas, sino también las profundas ganas y expectativas de la comunidad, en pos de una política pública que valore la vida y contribuya a rescatar su dignidad. Es por eso que exigimos que el diputado Farcas deje la presidencia de esta Comisión.
El atorrante de Daniel Farcas siempre encuentra maneras para ser aún más cuma