Por si no fuese suficiente con Axel Kaiser, Henry Boys, Cecilia Cifuentes y Tere Marinovic, la endogamia burguesa que se reproduce de manera incestuosa, nos presenta a su nueva creación para defender sus intereses: Catalina Alarcón. Quien en entrevista para La Tercera, nos mostró su particular «pensamiento».
Varias veces me han insultado en la calle cuando voy con la polera de “Siempre por la vida”. Me han gritado garabatos y lo que se les da la gana. Pero independientemente de todo lo que digan, yo no soy la extrema, las formas en que nos atacan sí. El que nos golpeen o que nos escupan es una prueba más de la intolerancia que ellos demuestran. Eso sí, nunca contesto. Voy por la argumentación, no por la violencia. Este es un movimiento respetuoso. Y aunque a nosotros nos llamen extremistas e intolerantes, el que nos insulten demuestra que los intolerantes son realmente los que nos critican. El proyecto de aborto lo que hace es matar a un ser humano y abandonar a la madre que pasa por el embarazo difícil. Nosotros proponemos lo contrario. ¿Cómo eso va a ser extremo?
1) UN CIGOTO NO ES UN NIÑO MANGA DE SACOS DE WEA
2) Querer que las mujeres no puedan decidir sobre su cuerpo es increíblemente violento. Se marecen los escupos y las patadas en la raja
3) La oligarquía siempre tratará de controlar a la mayoría, (económica y socialmente). Y en ese contexto, controlar el cuerpo de las mujeres es clave para mantener su estatus. De ahí su oposición al aborto, todos sabemos que la vida de las personas les da lo mismo