En momentos en que Sebastián Piñera está siendo cuestionado por comprar acciones de una pesquera peruana que salió beneficada por La Haya mientras era Presidente, que su fideicomiso ciego fue una farsa ya que el 80% de sus inversiones quedaron afuera y que más encima duplicó su fortuna mientras fue Presidente, vale la pena traer a colación la poco recordada Terminal Bloomberg que Piñera tenía en la Moneda. Un costoso computador para ver los índices económicos de las bolsas de comercio de todo el mundo en tiempo real, la que incluso permite comprar y vender acciones en línea. Lo que en el fondo, no es otra cosa que la confirmación de que Piñera hacía negocios personales desde La Moneda. Un artículo de The Clinic detalla la historia:
Un flaco favor terminó haciéndole el conservador periódico inglés Financial Times al presidente Sebastián Piñera. Resulta que por lanzarle flores, lo echó al agua. El matutino británico, enfocado (como su nombre lo anuncia) a los especuladores e inversionistas de la “City” de Londres, publicó una elogiosa entrevista a Piñera el 21 de julio. Allí se presenta el caso de un colega de los lectores, que ha logrado convertirse en presidente de un país del Tercer Mundo. Un “gerente trabajólico, un hiperkinético Nicolas Sarkozy sudamericano”, dice el texto del periodista Jude Webber. Pero, se desliza un detalle de la rutina diaria del mandatario, que podría complicarlo después de cinco meses de esforzarse por convencer al país de que se ha alejado de los negocios privados y que ha decidido someterse a un “fideicomiso voluntario”. Piñera tiene en su despacho presidencial de La Moneda la herramienta favorita del gran especulador bursátil: un terminal de Bloomberg.
“Tiene una calculadora a mano, un bloc de notas garabateado con números frente a él y un terminal Bloomberg”, dice textualmente la introducción de la entrevista. ¿Pero qué es una terminal de Bloomberg? Pues es un computador dedicado, que muestra en tiempo real información sobre el desempeño de acciones, y otros instrumentos de inversión privada en diferentes mercados del mundo. Un resumidero de todos los datos que un especulador requiere para incrementar su capital personal. Y la máquina no sólo entrega información, sino que permite realizar compra-venta en línea.
Algunas alarmas sonaron en la prensa independiente. Periodistas de El Mostrador preguntaron a La Moneda por el terminal de Bloomberg. En palacio se hicieron los locos y negaron que hubieran contratado el servicio e incluso consiguieron el mismo día una carta de la empresa negando que tuvieran contrato con alguna de las reparticiones del lugar, no aclarando si el presidente es cliente privado de la compañía. Pero la periodista Francisca Skoknic, del informado sitio de periodismo de investigación CIPER Chile, se comunicó directamente con el reportero Webber, del Financial Times, quien reafirmó el dato. “Me confirmó que fue el propio Presidente quien en el mismo despacho le dio la información publicada: cuando le preguntó si una de las pantallas era de Reuters, Piñera le respondió que no, que era Bloomberg”, cuenta Skoknic en un artículo.
Así que, de acuerdo a los primeros análisis, Piñera “sólo” estaría faltando a su palabra. Porque, pese a anunciar que se desentendería de su propia fortuna (salvo por Blanco y Negro), que las corredoras de bolsa designadas manejarían su patrimonio sin interrumpir su dedicación exclusiva al cargo, el Presidente sigue permanentemente atento y enchufado a los vaivenes de acciones e instrumentos de inversión específicos, que sólo sirven para ser negociados. Se trata de variaciones particulares de precios en los redondeles y bolsas electrónicas, que en ningún caso pueden considerarse información económica general, relativa a decisiones gubernativas. Y, por si fuera poco, el Presidente realiza esta actividad, no en su casa, sino que en una oficina fiscal, que es nada menos que La Moneda.
No es casualidad que Piñera haya duplicado su fortuna mientras fue Presidente
Por eso quiso serlo, por eso quiere volver a La Moneda