Cerca de cumplir un mes encerrados al interior de la Mina Santa Ana de Curanilahue, a 650 metros de profundidad, alrededor de 70 mineros le exigen al Gobierno que cumpla lo que les prometieron el año pasado: 500 millones de pesos para echar a andar una mina abandonada por sus dueños. La situación es crítica, considerando que algunos de ellos están incluso en huelga de hambre. Un artículo de Radio Villa Francia explica su situación.
Nos es la primera vez que los mineros hacen una huelga y se mantienen al interior de la profundidad de la Mina. Esta es la tercera vez que deben recurrir a esta medida extrema en una acción que pone en riesgo sus propias vidas, por las precarias condiciones al interior de la mina y a esa profundidad. Fue ya durante el año 2014 cuando los trabajadores demostraron su malestar manteniendo durante 21 días una paralización que exigía mejoras laborales y aumento de sueldo, además de un bono de colación de 30 mil pesos mensuales. Aquella movilización se depuso luego del compromiso de una mesa de trabajo con el municipio, la Gobernación de Arauco, la Seremi de Minería, la Seremi del Trabajo, la Inspección del Trabajo, representantes de la empresa y trabajadores.
Y es que la empresa carbonífera SW Curanilahue S.A pertenece a los empresarios chilenos Rodrigo Danús (productor de televisión) y Paul Fontaine (reconocido economistas) se habían hecho de la empresa la que después, lisa y llanamente abandonaron, dando varias excusas, la principal, que esta ya no era viable y se declararon en quiebra en octubre del 2015. De este modo, los pirquineros volvieron a retomar la movilización y la huelga en la profundidad de la Mina Santa Ana, la que se extendió por dos semanas y que finalizó -el año pasado- con el compromiso y protocolo de acuerdo firmado por varias autoridades que hoy, según indican los propios mineros a Radio Villa Francia, no se han cumplido.
Fue así como las capacitaciones e inyección de recursos comprometidos por el Gobierno regional para volver a reactivar la Mina finalmente no se cumplieron. Y es que luego del acuerdo -en el que intervinieron autoridades gubernamentales- el gobierno ha tomado la postura de que este es un “conflicto entre privados”. Y es que, tras los compromisos firmados, el SERNAGEOMIN de la región del Biobío declaró esta acción como “ilegal” y clausuró el yacimiento señalando que este tenía “riesgo de derrumbe, inundación y acumulación de gas”. Es así que los huelguistas hoy emplazan a la propia Presidenta Bachelet a intervenir y resolver su complicada situación y que se cumplan los compromisos firmados con el propio gobierno regional de este gobierno. Básicamente hoy los mineros solicitan al Gobierno 500 millones de pesos para reactivar las labores extractivas y, además, dejar al yacimiento en manos de los trabajadores, quienes se comprometen a hacer funcionar la mina.
El pasado sábado 24 de diciembre, esposas e hijos de los pirquineros comenzaron a descender poco a poco a la profundidad de la Mina Santa Ana para pasar la Noche Buena junto a ellos y también como medida de presión, sumándose a la lucha que llevan adelante sus maridos y padres. La preocupación además se da por la extensión que está teniendo la Huelga de Hambre -iniciada hace 12 días- sobre todo por las precarias condiciones en la profundidad de la Mina. Para ello, hasta el interior de la misma, llegaron médicos de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) compuesta de médicos/as chilenos (en muchos casos) que estudiaron gratuitamente en Cuba, quienes bajaron hasta los 650 metros de profundidad para evaluar el estado de salud de los huelguistas.
Desde las familias de los mineros y desde el propio Sindicato que los agrupa, señalan que hay hipocresía de parte del Estado de Chile. Luis Chandía, presidente del Sindicato de Trabajadores y uno de los voceros de la movilización señala: “Aquí claramente el Estado puede perfectamente tomar en cuenta nuestra propuesta, la que es conveniente para Curanilahue, para nuestras familias y para el propio gobierno, que es hacer funcionar la Mina. Para eso se necesitan, según calculamos, 500 millones, un poco menos de un millón de dólares, imagínese, para rescatar a los 33 mineros, que todos vimos y apoyamos, se gastaron 20 millones de dólares. Bueno, nosotros queremos que nos rescaten con mucho menos que eso y sin que nadie sufra más ni se arriesgue, aquí las condiciones de oxigeno son malas, hay 10 en Huelga de Hambre, y podemos parar eso ya mismo con voluntad de verdad“, asegura Chandía.
Entonces: El Gobierno le regaló 5.000 millones a los evangélicos, tiene 600 millones para regalarles a los Latifundistas, pero no tiene 500 millones para que trabajadores puedan echar a andar una mina
Cuando uno cree que Bachelet no puede hacer un peor un Gobierno, ella encuentra la manera de superarse. Ahora, matando de hambre de 70 mineros