Con el paso de la historia, ha quedado en evidencia que Pinochet, lejos de ser el «héroe» que vocifera la derecha, en la realidad fue un dictador analfabeto, completamente ignorante, apocado, empleado de Estados Unidos, y que más encima, se robó y ayudó a robar el país completo. Como muestra de lo anterior, vale la pena recordar la entrevista a la traductora Jean Pateras, encargada de comunicarle las instrucciones de la policía cuando fue detenido en Londres, quien reveló que Pinochet se puso a llorar y fingió demencia cuando supo que lo iban a enjuiciar. Un artículo de Radio Villa Francia detalla:
“La verdad es que todos esperábamos que iban a decir que sí, que se podía ir (… y vino el resultado…) formalmente le tuve que decir que no se iba ¿entiende lo que le estoy diciendo? sí (me dijo) y claro, él empezó a llorar, eso sí, lo vi llorar»
“Me acuerdo que alguien de la familia o uno de los amigos de él dijo ‘yo no sé por qué él no dice que está loco o que tiene alzheimer para que lo manden a Chile’ y él decía ‘yo no he cometido ningunos errores, no he cometido nada malo, yo voy a responder por todo lo que tenga que responder, pero yo no he hecho nada incorrecto»
“Una vez que lo fuimos a ver con el médico, me dijo (Pinochet) en Wentworth ‘mira china que raro ¿sabes qué? esta mañana me levanté y no sabía quien era mi esposa (Lucía Hiriart)’ yo le dije ¿ah si? que raro, que raro, aha…“
Y estas mierdas son los «valientes soldados». Una tropa de cobardes que sólo fueron valientes con una metralleta en las manos asesinando a gente desarmada