Luego de la decisión tomada por el alcalde Jorge Sharp, de no permitir el ingreso de la prensa a los albergues donde se encuentran los damnificados por el incendio de Valparaíso, muchos medios y periodistas cuestionaron esto asegurando que «coartaba la libertad de prensa», (los fachos también acusaron censura pero la opinión de ellos no cuenta). En condiciones normales, podría existir un debate al respecto, pero claramente, en Chile, hay «un par» de cosas a tomar en cuenta.
Primero que todo, los medios masivos no puede ser tan cara de rajas de denunciar que esto «atenta contra la libertad de prensa» cuando ellos mienten y ocultan información constantemente: No informaron sobre la huelga de Sodimac, criminalizan todas las marchas y protestas, no informaron nada sobre la absolución de dos comuneros acusados de terrorismo y menos sobre la huelga de hambre de la machi Francisca Linconao en protesta por estar encarcelada sin pruebas. Ni hablar por supuesto, que cada vez que ocurre una tragedia, tampoco les interesa informar las causas de las mismas y el contexto de las situaciones, sino que por el contrario, se dedican a buscar el morbo y a faltarle el respeto a las personas.
Por lo tanto, y como decíamos en un principio, antes de realizar cualquier debate sobre si esto está coartando o no la libertad de prensa, primero deberían dedicarse a informar y no lo que hacen actualmente, que es desinformar a la población, buscar el morbo y defender los intereses de la clase dominante. (No olvidemos tampoco el monopolio ideológico que tiene la ultraderecha en los medios). Así que en este contexto, y como dijo sabiamente un destacado filósofo renacentista: «Vayan a lavarse la raja y después se toman el agua», manga de hipócritas desinformadores vendidos a los empresarios.