Lucy Avilés, quien junto a su esposo heredero de Walmart, (que evadió 50 mil millones de pesos de impuesto en Chile), financió el viaje del Supertanker a Chile, (ojo con el artículo que denuncia que el avión tenía que venir obligatoriamente a Chile), está cerca de cumplir un mes completo victimizándose y sacando en cara su «obra de caridad». En esta oportunidad, en entrevista para El Mercurio, ahora aseguró que todo esto «ha tenido un costo familiar y emocional muy alto».
«Yo me aferré al llamado que hizo el Gobierno de pedir ayuda internacional. Con gobierno o sin gobierno, lo hubiera hecho igual. Quiero dejar en claro que no es un tema político. Frente a las noticias y poca reacción que había, me comuniqué con un amigo y me contacté con la empresa. Voy a seguir ayudando igual, porque sigue la reconstrucción, pese a lo ingrata que ha sido la gente (…) Esto ha tenido un costo familiar y emocional muy alto, me han tratado mal a través de las redes sociales, ya no se que hacer, estoy realmente aburrida.
1) Por si no lo saben, el avión apodado «El Luchín» continúa apagando incendios de manera silenciosa, sin andar cobrando millones y menos restregándolo en la cara
2) ¿De qué mierda sirve ayudar si lo vas a estar sacando en cara a cada rato? Más aún considerando que el dinero con el que Lucy Avilés «pagó» el supertanker proviene de la misma empresa que evadió impuestos por 50 mil millones pesos en Chile. Con eso se podrían haber comprado varios aviones para apagar incendios