Mientras Lucy Avilés sigue llorando por los medios de comunicación burgueses, ahora diciendo que «ha tenido un costo familiar y emocional muy alto”, vale la pena recordar que su esposo, Benjamín Walton, es el heredero de la empresa Walmart, la misma empresa que evadió impuestos por 50 mil millones de pesos en Chile. Es decir, podemos decir que el famoso «Supertanker» fue financiado con dineros provenientes de la evasión de impuestos.
Por contrato el Supertanker tenía que venir obligatoriamente a Chile
No sólo eso, un artículo de La Tercera, reveló que más allá de la «obra de caridad» de Lucy Avilés, que no se cansa de sacarnos en cara, por contrato tenía que venir a Chile si o si, ya que la empresa detrás del Supertanker necesitaba validar su avión de manera urgente. En este negocio, no menor es la participación de Sebastián Piñera, quien de manera sospechosa, pidió expresamente traer este avión por twitter.
El chiste está en que muchos subnormales seguirán considerando a Lucy Avilés como una «heroína»… No hay peor esclavo que el que defiende a su amo.